JUEGO.

El arte es en sí un juego, un juego social. Hay artistas que juegan con seriedad al arte (se toman en serio a sí mismos y a las reglas del arte), y hay artistas que juegan con ese juego (tomándose libertades, cambiando sus reglas). Mónica Cabo mantiene una actitud lúdica hacia el arte, además de que en sus propios trabajos propone juegos. Juegos nada inocentes: su ludismo es de carácter transgresor y crítico.

En la cultura occidental, con la prioridad dada a lo racional, se ha menospreciado lo lúdico y sobrevalorado lo, supuestamente, "serio". Todo lo que se establece socialmente que "debe ser" es lo contrario de la creación y del juego: la inculcación de normas lleva al sujeto al automatismo mental y corporal, la imposición de los roles sociales provoca en éste una ... vocación por la repetición normativa. Las obras de Mónica Cabo siempre están buscando diferentes formas de quebrar lo normativo, tanto en lo que se refiere a la esfera pública como a la privada.

CONSENSUADO.

Lo normativo rige las prácticas más íntimas del individuo. Se desalienta el impulso de experimentación e interiorizamos qué tipo de prácticas sexuales son "correctas" (el "así debe ser") y cuales no (lo "perverso"). Pero, puesto que las reglas de cualquier juego son arbitrarias, nada debería impedir que sus participantes, de forma consensuada, las modifiquen o establezcan otras nuevas (lo creado), transgrediendo los comportamientos inerciales (lo dado).

SEGURO.

Crear un juego sexual supone entrar en una zona de riesgo: apartarse de lo repetitivo y adentrarse en lo desconocido, permitirse jugar un rol inusual, permitirse obtener placer a través de mecanismos distintos de los habituales… Negociar previamente una palabra de seguridad (safe word) para detener la acción si ésta sobrepasa los límites, garantiza que el juego transcurra con seguridad y respeto.

SANO.

El sexo refinado y sofisticado -mediante la ritualización, la puesta en escena, la estetización…- va más allá del placer sexual asociado estrictamente a los genitales. Es placer de jugar y placer de jugar bien al arte de jugar.