NoguerasBlanchard presenta la segunda exposición individual en la galería de Annelise Coste. En relación a su primera muestra France, marcada por un tono reaccionario a la política social de su país y centrada en las técnicas de dibujo y graffiti, en Save Picasso Coste plantea una crítica radical contra la comercialización de la cultura al servicio de intereses capitalistas y concretamente, el uso (y abuso) de artistas y su producción artística, en estrategias de marketing y campañas publicitarias.

En esta muestra, Annelise Coste adentra al espectador en su universo imaginario a partir de un nuevo soporte, una serie de pinturas realizadas sobre hojas de periódicos financieros y publicaciones gratuitas. Rechazando convenciones artísticas y linguisticas, adopta un estilo pictórico que referencia intencionada y claramente el Art Brut y plasma eslóganes reivindicativos con un carácter anti-autoritario (Professionalization is killing art) o declaraciones ... aparentemente azarosas (Still the color of mi sueño) con una pizca de humor naif. Coste emplea la escritura como elemento fundamental en su obra: lemas, poemas, extractos literarios, figuras retóricas, frases que se repiten… Una narrativa fragmentada que, entremezclada con un lenguaje enigmático de pictogramas y símbolos, va desvelando un mundo interior de sentimientos y confidencias. Sus comentarios acerca de la realpolitik y lo cotidiano oscilan entre idealismo, ironía y pura desesperación.

La segunda parte de la exposición está formada por la instalación Jamais, jamais, jamais (2008). En una sala oscura pintada de negro Coste ha recreado un ambiente específico con elementos de su cosmología particular, velas, bombillas y objetos encontrados. Una escultura realizada en materiales reciclados -cartón, yeso, pinceles- representa a Poor man (hombre pobre), un personaje genérico recurrente en su obra reciente que recuerda la crudeza de esculturas totémicas o primitivistas, una tendencia también visible en la iconografía de artistas vanguardistas como Jean Dubuffet o Jean-Michel Basquiat. Así, empleando su imaginación como una lente, Annelise Coste crea un mundo de fantasía y propone una forma de activismo pragmático que traza frágiles vínculos entre sensibilidades individuales y los estereotipos de la realidad, tal y como quedan reflejados en las estructuras políticas y sociales dominantes.