Una pintura libre como el humo, donde la variedad, en el trabajo pictórico, es la madre de la sabiduría, pues esa representación figurativa sabe captar la escena en el momento oportuno y usar el dibujo para plasmar la misma, utilizando la variedad cromática puntual, con toda circunspección, lo que unido, llega a representar alcanzar la cima de una cumbre de excelencias artísticas de un notable interés, pues, sin dudarlo ni un solo instante, ofrece la representación de la investigación realizada, dentro de un eje de trabajo intensivo, dedicado al Arte ya desarrollado por un talento poco común. Es este sentido MARY CARMEN CALVIÑO, convive plenamente con sus propias posibilidades, que llegan a ser mucho más que convencionales, pues pone en el empeño, unos paisajes geográficos y unas marinas efervescentes, que ofrecidas por la madre naturaleza, pueden venir o no acompañadas de una puesta en escena, que embellece ... así, muchos más el primer plano o la posición directa del ejemplo, que en su totalidad, son estampas de agradable visión para el visualizador, el entendido y el crítico.

Entre la Creadora Plástica y el mundo que ella misma crea, emerge un gran espíritu, surgido de la voluntad, el trabajo y la inteligencia, llegando de esta forma a un punto de encuentro, entre la esencia, la especie, la sustancia, el temperamento, el genio y la inclinación, dado que no representa, sino que es, un patrimonio de la humanidad. La pintura que nos pone al alcance esta Artífice, es, a nuestro juicio, toda una declaración de principios. Una colección, para ser visualizada, con toda la fuerza de una realidad aplicada al Arte, que va más allá del tópico. Sin duda podemos decir, que en su totalidad, es una propuesta compleja, fruto de un trabajo minucioso, que intenta hacer llegar a los hogares, una muestra de lo que realmente poseemos, asumiendo este trabajo, con toda prudencia y gran seriedad, al tratarlos en las telas, de una manera exquisita, mediante un lenguaje poético, que lleva incorporados altavoces en la cima de las olas al estrellarse en las rocas, en el rielar del viento al mecer la masa forestal; en el esplendor de los frutos necesarios para la vida. Con ello, MARY CARMEN, a nivel formal, consigue resolver problemas de sintaxis visual, que ganan enteros en cada realización, para no dejar de ser afinadas reflexiones.