A través del objetivo, captura la mirada viva, inteligente, sensual, provocativa y cómplice de sus modelos. En este caso modelos con alma y cuerpo al desnudo, desafiantes y cautivas de uno de los mejores fotógrafos de retrato erótico de nuestro tiempo. Su virtud se debe a la juguetona y colorista plástica presente en sus imágenes; a la belleza que imprime Mariano en todo lo que apresa; y a su habilidad de convertir esos cuerpos y esas almas en personajes convincentes que se integran con naturalidad pasmosa en su mundo inventado.

A través del visor, él mismo es el atrapado, y con él nosotros, espectadores conquistados por la perfección del conjunto, pero también de cada uno de los valores que se expresan en la fotografía. El momento-instante, una historia, un anhelo, una explosión al fin que origina dos realidades, la de aquí y la que aparece en el soporte fotográfico, fundiéndose en el cruce de miradas. Magia.