-------------------------------------------------------

-------------------------------------------------------

En palabras de José Martínez Sáez, Profesor de 'Teoría de la Creatividad' de la Universidad Cardenal Herrera, de Valencia: 'Narciso nunca encuentra. Si siempre resultó estimulante su obra, superada (tiempo ha) la técnica, nos regala la auténtica creación. Exploración curiosa en texturas y formas. Curiosas pero no caprichosas. Torsiones, rupturas y punzamientos que introducen la pregunta en lo cotidiano o hacen común lo bizarrro. Tras las formas (casi) siempre amables suele (casi siempre) aflorar una violencia soterrada, contenida, que se muestra insatisfecha, irreverente, cruel (¿por qué no?) o agónica. Narciso precisa de la búsqueda constante. La disfrutaba con la plasticidad del buril, y ahora con la versatilidad del píxel. Ante ... la pantalla en blanco, siente el vértigo del vacío, se angustia, pero no desespera. Se expresa. Manifiesta en la evolución y madurez de sus estampas una imperiosa necesidad de hablar, cuando no de gritar. Porque no aguanta el silencio, le propone imágenes a la mirada. Buscando hasta en el último recoveco, escondiendo el sentido, o escindiéndolo. En ocasiones con guiños, que parecen propios tanto del artesano medieval como del artista posmoderno. Pero no es fácil ni conveniente clasificar su gráfica. Resulta más adecuado abrir bien los sentidos para exprimir bien su huella (digital).'

Según el propio artista, se encuentra en uno de esos momentos de crisis, de mutación importante y decisiva de su trayecto creativo. Esta exigencia se plasma técnicamente al presentar, por primera vez, una exposición sólo con estampas digitales. Pero por encima de ello, esta muestra es una profunda reflexión introspectiva sobre el camino realizado. Las estampas de la serie Schola Doctrina remiten al periodo de aprendizaje. Vanitas se centra en el género por antonomasia de Narciso, el bodegón: ciertos iconos de su obra re-aparecen, para ser, tal vez, engullidos definitivamente por los fondos o rotos para siempre jamás o esfumándose o haciéndose polvo en el papel... Con la breve serie Tempus fugit, los relojes le sirven de obsceno pre-texto para expresar la urgente necesidad del cambio. Finalmente, la serie Tabula Rasa anuncia (quién sabe) una propuesta, una duda, la incertidumbre del artista 'que no encuentra, pero no desespera'.