Tengo una cartera de cuero artificial, color violeta-fucsia con textura de reptil. Unos ganchos redondos de metal plateado se conectan entre sí y se transforman en cadenas. Hay una a cada lado de la cartera y se unen en un rectángulo que es el que va apoyado sobre el hombro. Este rectángulo es el que ayuda a que no duela tanto el peso de todo lo que cargamos con nosotros por la calle. Hay otros detalles decorativos, cómo una gran hebilla y unos brillantes adheridos al material violeta, que generan una fantasía-sexydiversión.
Al abrir la cartera sale una luz blanca muy estridente en forma de líneas rectas de luz tan fuertes que hacen que las partes oscuras de mis ojos se conviertan en espirales y empiecen a girar. La luz proviene de una tela tipo seda, color off-white, brillante y artificial con el logo de la marca estampado por todo el...interior del bolso. Las letras y dibujos se van desarmando hasta ser unos garabatos dorados que acarician mis pertenencias, las que ahora reposan en este recinto, cartera, habitación.
¿Qué llevo conmigo al salir a la calle? Mi casa, mi cama, mi baño, mi placard, mi cocina. Mi teléfono con todas mis fotos, likes y conversaciones. Maquillajes y pastillas por si los necesito. La billetera. Mi llavero con las llaves del estudio, del auto, del cochecito del bebe, del candado, más cadenas.
Intento mirar dentro del bolsillo interno del bolso pero ahí no llega la luz ni logra ser reflejada por la tela blanca. Está absolutamente oscuro. El bolsillo parece no tener fin, es cada vez más profundo y frío. Me meto ahí dentro y empiezo a caminar por lo desconocido. Freno en la esquina. Estoy caminando por una ciudad en la que no se que idioma hablan. Quiero pasar desapercibida. No quiero cometer errores. Ser incógnita. Intento observar el comportamiento de todos aquellos que caminan sin dudar. Pero mis ojos continúan como dos espirales giratorios y hacen que mi caminar se deforme. Zig zag, linea recta, giro 360 grados, línea recta hacia el otro lado. ¿Pasaría desapercibida si me pusiera anteojos de sol?
Para este entonces estoy tan mareada que no sé cómo traducir en pintura un pantalón a rayas o un edificio, no encuentro diferencia entre uno y otro. Línea recta de arriba hacia abajo que se repite a lo largo -o ancho- del lienzo.
En el territorio de las formas hay cuadradito al lado de cuadrado, ventana, ventana, sweater a rayas, verticales, horizontales que se entrecruzan y forman una trama a cuadros de lana o de ladrillos. Quizás en este lugar hablan el idioma de la pintura.
Tartán rojo, verde y violeta. Cartel luminoso blanco con letras en azul de Prusia. Sweater de mohair a rayas: negro, rojo, fucsia y beige. Volvo negro. Una campera de denim celeste claro y gastado. Cortina de metal gris plomo con graffiti rojo y plateado. Arbol verde pino. Camión Mercedes Benz amarillo. Cadenas plateadas.
Sofia Berakha (Buenos Aires, 1984) vive y trabaja en Buenos Aires y Berlin. Exposiciones individuales incluyen Paintings Arranged, 3rd Floor Berlin, Berlin (2019), Autopartes, Aldo de Sousa Gallery, Buenos Aires (2018), y Melodrama Panorama, Big Sur Gallery, Buenos Aires (2016). Participó en el Programa de Artistas en la Universidad Torcuato Di Tella, Buenos Aires (2012) y en el Master de Artes dictado por Jutta Koether en Hochschule für bildende Künste, Hamburgo (2018).
Entrada actualizada el el 22 abr de 2022
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