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'¡Qué aburridos, qué sosos nos verán los otros pueblos!', resonaba en mi cabeza visitando la India. En Europa yo había visto mil fotos, telas y enseres de allá; pero sumergirme en esa riqueza de vida y color fue una sacudida que me abrió los ojos. Comprendí algo evidente: todos los pueblos con otras tradiciones son mucho más libres, vitales y creativos que nosotros. Empezando, claro, por los prehistóricos.

Frente a ellos yo me sentía enana: mi obra pasada se me hacía pobre. Desde entonces busco en libros, revistas y la red cuanto se hace en 'las sociedades tradicionales', que a su vez han despertado además mi curiosidad por mariposas, coloridos peces tropicales, ranas... tantos elementos naturales donde veo que han mamado. Cada imagen es un descubrimiento. La estudio en un cuaderno, y en nueva página le mezclo elementos de ... otra procedencia, revolviéndolo y salseando con ideas que el experimento despierta en mí; así, divirtiéndome, desarrollo mis gustos. Y a menudo, de este material, nacen mis cuadros unas veces mestizos, otras mulatos y de vez en cuando con ojos azules.

Desde que tenemos tanta gente de fuera, Madrid está hirviendo en alimento para mí. Pillo mucho en una libreta que llevo en el bolso con su cajita de barras de colores y un rotulador-pincel.

Lo africano, que abunda en mi barrio, me asombra de manera especial. Me entusiasman los colores y sobre todo la luz de ciertas telas, con tocado a juego, que visten algunas de sus mujeres. ¿Cómo se consigue ese esplendor? ¡Nosotros europeos, que siempre hemos requerido la sombra para pintar la luz...! Del diseño de ese continente me atrae, sobre todo, lo geométrico: ángulos, curvas o círculos siempre irregulares, asimétricos o engañosamente simétricos como el cuerpo humano.

Cuanto más torpe parece, más exquisita es su sabiduría. Su profundo sentido y su fuerza vienen de su función; y, por supuesto, de la fe en ella de quien lo hace. Porque sólo así, y con gran esfuerzo, podrá el artesano-mago transmitirle las obligadas virtudes, imprescindibles en la ceremonia.