La danza, el cine y el arte son espacios con sus propias normas. Con sus tiempos, sus comportamientos, sus modos de actuación, su vocabulario, sus personajes, sus relaciones, su historia, presente, nombres, citas, formas de saludarse unos a otros, reconocimientos, lugares y momentos míticos y todo lo que define un colectivo. A veces, se cruzan los elementos y parece que aquello que estaba perfectamente cerrado abre un resquicio a la posibilidad de que todo sea distinto. El encontronazo entre cine, arte y danza puede generar momentos de alteración que desubiquen. Y el desubicar era uno de los objetivos. Para después poder pensar críticamente y preguntarse dónde estamos. El peligro está en que es muy difícil mantenerse en los bordes, en los límites, en los puntos de sutura, en la fricción. Pero, al mismo tiempo, sin la fricción entre mundos no aparecería la curiosidad, el deseo, la posibilidad de que todo...sea distinto. De que no sea lo nuestro. Los límites, la incertidumbre, el deseo de que las definiciones no sean cerradas, así como la voluntad para que exista una comunicación real son alguno de los objetivos que pueden perseguir las obras de Sra. Polaroiska.
Imágenes de la Exposición
Srta. Polaroiska
Entrada actualizada el el 26 may de 2016
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