La galería May Moré expone, de nuevo, la obra del artista Toño Barreiro. La muestra incluye trabajos recientemente expuestos en espacios como MARCO de Vigo, en la exposición "Pintura Mutante", en el CAB de Burgos o en el MUSAC de León, dentro de las exposiciones de sus colecciones, "Diversidades Formales" y "Existencias", respectivamente. Asimismo, en los últimos meses ha sido expuesta de manera individual en El Pabellón de Mixtos de la Ciudadela de Pamplona.

La exposición actual presenta las últimas propuestas del artista sobre la paradójica y dual relación que se establece entre el concepto de imagen y el concepto de objeto pictórico, y que acaban derivando hacia sorprendentes imágenes biomórficas con gran carga sinestésica, o bien hacia una reordenación de los elementos formales o compositivos. Toño Barreiro genera obras que nos hablan de la perfección utópica y de la asepsia ... procedimental, pero también de la desubicación, el hallazgo, los elementos estructurales deslocalizados o la reinterpretación del caos.

La obra redunda sobre un tipo de observación que viene siendo característica de este artista: imágenes sugerentes, de significados abiertos a la libre interpretación, donde lo que subyace no es una impositiva lectura de símbolos o signos, sino una invitación a generar actitudes que nos predispongan a una observación e interpretación plausible.

Toño Barreiro parte generalmente de conceptos tales como el crecimiento natural, los efectos ópticos, la acumulación o la segmentación para instrumentar sus propuestas, dando lugar a series que abordan la idea de lo deforme, lo embrionario, lo simbiótico, la deconstrucción, el mosaico fragmentado o el crecimiento larvario, siendo estos últimos el eje central de los trabajos que se podrán ver expuestos. Estos conceptos son principios generadores inspirados en las teorías de creación y evolución de la vida que sobre una base metodológica que parte de lo azaroso y sensual llegan a convertirse en una propuesta lógica, deducible y sin embargo a veces paradójica.

En definitiva, una visión de conjunto refuerza la idea del artista de crear a través de elaborados y meticulosos procesos, una teoría sencilla y eficaz que permite desarrollar propuestas artísticas que vayan calando lentamente en el espectador hasta llevarle a un estado de emoción y nueva receptividad.