“Abraham Moles manifiesta que “actualmente la función social del artista ha cambiado: de creador de obra única es ahora, esencialmente el promotor de acontecimientos artísticos, ya sean originales, destinados a la reproducción, o ya sean permutacionales. Moles habla de una economía política de la obra de arte, es decir, de una “adecuación total de la obra de arte a los fines de la sociedad, en la medida en donde la forma de la pirámide socio cultural esté en correlación suficientemente fuerte con el ejercicio del deseo estético”.
Los recientes trabajos de Heloísa Crocco están estrechamente relacionados con las ideas de Moles, con las tendencias constructivas del arte actual, con el diseño, fusionándose con la ecología.
En sus recientes trabajos, que se ubican en la frontera entre arte y diseño, Crocco va directo al corazón de la materia, encarando la madera, no como receptáculo de imagen o signos externos. Trabaja la tapa de...la madera, revelando su topografía interna y, de esa manera, creando, a partir de la morfogénesis de la madera – surcos, colores, relieves – y de las interferencias que en ella va realizando, tales como cortes, texturas y relieves, un conjunto de ritmos y estructuras que resultan en una especie de toporama formal.
Y al revelar e interferir en estos ritmos internos de la madera, al mismo tiempo que rompe con toda la tradición figurativa o narrativa del arte, abre nuevas expectativas en el sentido de un relacionamiento más correcto e inteligente con la naturaleza escapando, de esta manera, de los riesgos de una práctica ecológica que se desliza casi siempre hacia el sentimentalismo y hacia el panfleto demagógico. De hecho, al recrear estos ritmos internos de la naturaleza, vía madera, transformándolos en algoritmos de estructuras siempre sorprendentes por su belleza formal, al jugar con padrones en estructuras permutacionales – op-art, arte cinética – creando juegos de combinatoria visual, que resultan en diversas, múltiples configuraciones, en un caso y en otro, permitiendo la transposición y reproductibilidad en otros diversos soportes – papel, tela, vidrio, plástico – Heloísa Crocco se introduce en esto que Moles llama de estética informacional, la única, a su entender, capaz de atender las necesidades estéticas de una sociedad tecnológica y de masa.
Porque, sin negar a la naturaleza, que le sirve de base, es mucho más que esto, preservándola en tiempo especulativo y estético, Heloisa Crocco no se aleja de la realidad del mundo actual.
Frederico Morais
Crítico e Historiador de Arte
Entrada actualizada el el 28 ene de 2020
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