“Tralala” es una expresión que sugiere alegría y despreocupación, que es comúnmente pronunciada a modo de canto. Esa frescura que asociamos a dicha expresión atraviesa este peculiar bazar de lo cotidiano que Alessandra Risi presenta en su primera exposición individual.
La artista trabaja en clave de diario, documentando y registrando un universo de elementos e imágenes que hablan de su día a día. Cada pintura constituye una suerte de memento de lo vivido, formando en su conjunto una colección de suvenires del transcurrir de la existencia. En estos cuadros están conmemorados gustos, lugares visitados, lugares queridos, objetos personales, vínculos afectivos, situaciones familiares, familia, y amigos, y los afectos que estos suponen: costumbre, cariño, amor, desamor.
Alessandra trabaja en dos niveles de registro. El primero es el de la representación misma, en donde destaca la síntesis formal con la que ella describe los distintos elementos que retrata —objetos, lugares, personajes, situaciones— en donde...está presente una implícita actualización de los clásicos géneros de la pintura figurativa (el bodegón, el paisaje, el retrato, la pintura histórica).
El segundo nivel de registro es el de su manera de representar, que más bien se nutre de formas pictóricas modernas. Aquí el acercamiento de la artista es evocativo más que descriptivo. Así, por ejemplo, la frescura de los cuadros, la forma ágil en las que han sido pintados así como la soltura de la pincelada sugiere espontaneidad. Su paleta de colores insinúa jovialidad, especialmente debido a su técnica, donde la aplicación de pintura sobre pintura en fresco que crea combinaciones y fusiones cromáticas vibrantes y llamativas.
Esta técnica hace un guiño a la pintura gestual pero sin recurrir a las grandilocuencias de las tradiciones expresionistas abstractas (de hecho, la misma escala de las obras es contraria a ese referente) y, más bien, extrañamente acerca estas piezas a las exploraciones de las posibilidades ópticas de la imagen. El énfasis en los patrones formados por las pinceladas (y en cada pincelada misma) trae a la mente una versión artesanal del arte óptico, como también los juegos de figura y fondo, organizados a partir de dichos patrones. Estos efectos visuales nos llaman a desplazar nuestra mirada por la superficie de los cuadros, yendo de lo micro a lo macro, descubriendo en el proceso que las zonas amplias de color hacen eco de las pinceladas mismas.
Y es ahí en donde se hace patente la preocupación central de Alessandra Risi por la pintura misma. La cotidianidad aquí retratada es tanto el tema de su trabajo como lo son el universo de juegos tonales, los matices de luz y sombra y los contrastes y armonías de color. En ese sentido, la pintura de Alessandra Risi es, a la par, un ejercicio de observación y una invitación a descubrir en nuestro entorno cotidiano algo insospechado, que tiene también de mágico.
Max Hernández Calvo
Entrada actualizada el el 16 dic de 2021
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