Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- Pertenecemos a una cultura temporal que tiene en la velocidad de la luz la frontera, el límite infranqueable del tiempo, a la vez que lo ha pautado para situar los hechos sobre su línea discursiva, sobre su planificación, por lo que hemos aceptado que el tiempo es una noción constitutiva para cualquier idea de conciencia, de historia, por mínima que ésta sea. Después de la llamada crisis de los grandes relatos, se ha liberado al tiempo noético de su encaje moderno para arrojarlo a las profundidades de la modernidad líquida, siguiendo a Bauman, dejando un precipitado de acciones en suspensión de difícil asunción para un pensamiento acostumbrado a oscilar entre lo vivido y las aspiraciones que lo expulsan del presente hacia un después deseante/deseado. Desinstitucionalizados estos empleos de tiempo, desde esta situación, la temporalidad que podemos gestionar ofrece, o bien un empleo de tiempo como un presente continuo, o bien un empleo deducido desde lo transitorio como forma idónea para dar cuenta de un mundo producido por el capitalismo de consumo. Para la primera opción la duración es anulada en el presentismo radical y por tanto solo cabe hablar de su desaparición, de lo inmóvil. Así es que, cuando intentamos pensar qué hacer, lo que recibimos es una negación, un vaciado del después que impugna la propia fuerza de acción. Anulación de la memoria vivencial e histórica como poso de una sucesión de instantes asociados al movimiento que aquí se había transformado en progreso. Experiencia sin expectativa que como mínimo dificulta las condiciones de posibilidad de la propia experiencia, por no aludir a la pérdida de la originalidad. Para la segunda solo cabe el movimiento y por tanto lo transitorio. Sin embargo, como apunta Marramao, 'la investigación contemporánea del mundo físico no ha conducido al descubrimiento del Supertiempo, de un presente absoluto, sino a la desintegración de la idea del flujo universal del tiempo', por decirlo de una forma directa: todo ocurre en nuestra mente. Si como parece la velocidad es un vector en alza en relación a el espacio/ tiempo solo podemos considerarlos en términos negativos, es decir, a más velocidad menos tiempo y menos espacio. Esta consideración nos pone en relación directa con la aceleración, un concepto que no puede sino expulsar fuera de sí cualquier fijación. Es esta aceleración la que nos sitúa en el límite (deseo) de la luz, de su velocidad, como figura donde el pasado, presente y futuro no tienen lugar. Es esta figura de la desaparición la que nos pone en relación con algunos aspectos de la vida de consumo donde lo nuevo es el momento último de lo pasado, de ya sido. El instante eterno. Pero tanto desde una posición como desde la otra, llama la atención que ninguna de las dos dice nada de la temporalidad en conceptos como conservación, restauración, o mejor de lo conservado y lo restaurado, etc., conceptos armados por una noción de tiempo, que si bien hemos decidido abandonar, sin embargo, son todavía operativos en nuestras relaciones institucionales, personales y profesionales. ¿Puede haber experiencia visual en lo transitorio?. ¿Qué se puede hacer con la producción de diferencia en lo transitorio? ¿no es lo transitorio la forma aliada de la velocidad en la negación del espacio? ¿cuál es el empleo de tiempo que hemos de utilizar en lo conservado?
Artistas participantes: Pep Agut, Mira Bernabeu, Juan Hidalgo, Ángel Marcos, Juan Luis Moraza, Néstor Sanmiguel Diest y Fernando Sinaga.
Exposición. 21 may de 2025 - 22 sep de 2025 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España
Formación. 30 oct de 2025 - 11 jun de 2026 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España