Exposición en Santiago, Region Metropolitana, Chile

Tú Show: Tecnologías aterciopeladas. Anacrónicas dependentistas

Dónde:
Calímaco galería / Cueto 370 / Santiago, Region Metropolitana, Chile
Cuándo:
02 dic de 2023 - 17 feb de 2024
Inauguración:
02 dic de 2023
Horario:
Se debe agendar visita por llamada o WhatsAppa al celular: +56 9 2613 1588
Precio:
Entrada gratuita
Organizada por:
Artistas participantes:
Teléfonos:
+56926131588
Descripción de la Exposición
Tú Show: Tecnologías aterciopeladas Anacrónicas dependentistas. artista: Mario Z Las actividades de CALÍMACO galería para el año 2024 partieron en diciembre del 2023, y lo hicieron con un destacado artista asociado de nuestra galería, Mario Z Z es un artista que ha sabido estar presente sin hacer acto de presencia, como un alter ego extraño y poderoso de lo que un artista en tiempos de fatuidad debiese ser. Siendo casi un personaje en sí, a veces muy a su pesar. Creador silente e incansable, su obra se expande sin límites, como un hacer necesario en campos diversos. En lo personal es un artista que me hace creer en el arte, en lo de humanista y liberador que el arte tiene, ojo liberador, no libertino, amoral pero no carente de ética. Para nuestra galería es un orgullo presentar la obra de Mario Z. C.J.N., Director de CALÍMACO La exposición es acompañada por un texto ... del artista Javier Rodríguez P., texto que compartimos con ustedes sic: Algunas pinturas y una historia de fantasmas Ok., le respondí. Cuatro días después, bajo un cielo muy nublado, me encontraba manejando hacia su casa en Independencia. Era un extraño sábado de octubre. En efecto, conducir —en pleno año 2023— por unos caminos con casas de los años cincuenta y en una tarde de primavera que parecía invierno, me hacía pensar en Mark Fisher (2018) y en su idea de lo raro como aquello que no debería estar allí (p. 12). Mientras que en mi lista de Spotify sonaban antiguas rarezas musicales de vocalistas suicidas —como Ian Curtis y Kurt Cobain, —, el mapa me avisaba que quedaba poco para llegar a la casa del Mario, hacedor de cosas raras que hablan de lo impuro y lo prohibido. Sus pinturas, videos e instalaciones, muestran todo aquello que no queremos ver. De alguna manera, el camino era un anticipo a mi encuentro con objetos y artefactos que no deberían estar en ninguna parte —es decir, raros—, pues resultan insoportables para los deseos que fija la norma. Mario Z —como se le conoce hace un tiempo largo— es un artista incorrecto que navega en la oscuridad. Es, también, uno de los creadores más fascinantes que conozco. Siempre de negro — como herencia de un pasado rebelde y musical—, la muerte y el exceso son dos aspectos inconfundibles de su carácter. A propósito, recuerdo un pequeño libro blanco/naranja de Boris Groys (2023), en el cual asocia la idea de carácter con la relación entre la imagen del cuerpo de un sujeto y la imagen de sus acciones (p. 21). Una torre de esqueletos y calaveras sujetando bolas de disco, instalación que Mario mostró en el Museo de Arte Contemporáneo hace ya varios años, es un buen ejemplo de un carácter que tributa al terror y al espanto. Al estacionar mi auto, la cara de una mujer me mira de manera sospechosa. La tarde del sábado aún era gris en Independencia, y el silencio perturbador de la cuadra de pronto se rompe por los ladridos de un perro. Venían de la casa-taller de Mario. Entre los ruidos del viejo animal, el Z abre la puerta y me deja pasar. La casa es antigua y pienso en cuentos de fantasmas. Después del saludo, me ofrece un vaso de vino que acepto. Doy vueltas por pasillos que me conducen a espacios donde las imágenes de su vida y de la cosas que hace se confunden para armar una arquitectura sombría e inquietante. Una perturbadora oscuridad se divide en varias habitaciones sin ventanas, donde conviven la experimentación audiovisual y la pictórica. Allí me mostró las telas que prepara para esta exposición. De formatos más o menos grandes, las pinturas reúnen distintos aspectos que pareciesen disputarse el carácter de Mario. El gesto, el material y el signo se riñen la superficie de la tela por alcanzar las derivas espantosas que producen la muerte y el exceso. En cuanto al gesto, me refiero al pulso de esas líneas y contornos mal hechos que, mediante una paleta de colores sucios e impuros, pinta signos desanimados o muertos. Es un no querer pintar, lo que para cualquier otro pintor sería un no querer vivir, para él es una manera de hacer pintura con la muerte. Una vieja aliada que le ayuda a producir figuras extrañas que asustan. La provocadora indefinición de la criatura anaranjada que sostiene un objeto con su mano y boca, es un buen ejemplo. En términos materiales, el delgado espesor de las capas, las borraduras, los chorreados y la escarcha dorada, no son tanto una cita a la propia historia de la pintura —o de hacer pintura—, sino una vía de sepultar el exceso de signos. En una clara alusión a los métodos narrativos de la publicidad y los medios de comunicación, estos signos provienen de la historia del arte, del cyber universo emoticón y del mensaje escrito. A propósito de este último, en una de las telas resulta inquietante leer la palabra SUICIDIO, con letras grandes que se resisten al borroneo. Otros signos-palabras, que no logran ser devorados por el gesto y la materia son Horror vacui y Omniverso. Ello no solo por el tamaño de las letras, sino por su apelación directa, sin metáfora, a los infiernos que anuncia. En suma, y en medio de un sábado nublado e inquietante, el artista nos ofrece una serie de pesadillas pintadas que se mueven a contracorriente de las normas que constituyen a la pintura de moda, marcada por un expresionismo superficial y edulcorado. Pero, también, actúan como interfaz de unas fuerzas en disputa que, desde las necropolíticas de un hedonismo desatado, disciplinan y entristecen la vida: sin duda, la dimensión más espeluznante del capitalismo según M. Fisher (2018, p.78). La tarde empezaba a terminar, y tras ver unas piezas audiovisuales —a modo de bonus track— que aún retumban en mi cabeza, decidí escapar de ahí y volver a mi vida familiar. Me despedí y partí. Javier Rodríguez P. Artista. notas: - FISHER, M (2018). Lo raro y lo espeluznante. Barcelona: Alpha Decay. - GROYS, B (2023). Devenir obra de arte. Buenos Aires: Caja Negra. AGENDAR VISITAS AL TELÉFONO de CALÍMACO galería: +56926131588 ( llamada o WhatsApp ) dirección: CUETO 370, EX FÁBRICA CAFFARENA, BARRIO YUNGAY fotografías: © 2024 Jethro Mather Joo. Colaboran: serARTE - AURA enmarcaciones - BASALTO estudio

 

 
Imágenes de la Exposición
Vistas de la exposición de Mario Z

Entrada actualizada el el 22 ene de 2024

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