Una iconografía a modo de metáfora del presente, entre el hundimiento y la supervivencia, simbolizada en la pintura de dos barcos. Two Ships Esperando, refleja travesías imposibles y cruceros interminables. En realidad esta exposición de Siboney es también la de un trayecto de ida y vuelta, el de la artista María Mijares. La pintora, casi 30 años después de su exposición en el Museo de Bellas Artes de Santander, en el periodo bajo la dirección de Fernando Zamanillo, vuelve a exhibir su obra en la capital cántabra.

Unas creaciones recientes, pintadas en su estudio de Nueva Jersey, exclusivamente para esta exposición en Siboney, poseen una temática que alude a la memoria de las cosas y su transformación, testimonia los viajes transoceánicos y, en definitiva, la vida de la propia artista, quien a los tres años de edad, ya regresaba a ... su país de nacimiento, en un transatlántico con destino a Estados Unidos. La muestra, oscila con sus quince obras entre el Costa Concordia, crucero que naufragó hace año y medio en Italia, y una serie sobre el histórico SS United State.

Cuando el Costa Concordia encalló el 13 de enero de 2012, «evoqué las experiencias personales de mis cuatro pasajes transatlánticos, que llevo en mi memoria e imaginario toda la vida», confiesa la artista. María Mijares, desde que a los 6 años fue evacuada del barco MV Augustus, al contraer la varicela, ha mantenido una estrecha relación simbólica y metafórica con los viajes marítimos.

«Entonces me di cuenta de que los barcos son el enlace y la ligazón literal de mis dos mundos», entre España y EEUU.

La artista recuerda que comenzó su investigación sobre los barcos en los que fue pasajera: la primera vez en los años 50 en el SS United States que viajaba desde Nueva York hasta Le Havre para recalar finalmente en Santander. Una visita especial a bordo del barco el pasado mes de marzo inspiró nuevos cuadros incluidos en esta exposición.

Two ships esperando plasma así el mundo de dos embarcaciones de distinta fama: «el Concordia como un monumento a la desgracia que descansa recostado en el imaginario popular. Y el United States que ha tenido un histórico récord de velocidad y que se enfrenta a un futuro incierto».

En la actualidad, el United se halla anclado en un muelle en Filadelfia en evidente estado de abandono. Se ha creado una iniciativa de conservación que aboga por crear un buque-museo.

Mijares ha expuesto en numerosos espacios de Estados Unidos, en individuales y colectivas, desde finales de los años, de manera regular. Su última cita ha tenido lugar durante el primer trimestre del presente año con la muestra, Immortal structures: here & there after, en el Morris Museum.

La artista considera que más que 'photorealismo' o 'hiperrealismo', su estilo responde al de 'psychodelic precision' porque su objetivo no es la realidad, sino «más bien recrear un mundo bastante dinámico en el que puedo vivir. Busco la gracia de las huellas abstractas y los signos poéticos, que juntos forman una realidad».

Su nueva exposición se originó con la imagen de unos botes de Castro Urdiales, siguió con los paddleboats de Michigan, «y cuando ocurrió el accidente del Concordia, me obsesioné con el tema».

La propia Mijares comenta que las metáforas e impresiones en torno a esos barcos «son muy fuertes, quizás porque son tan enormes de diseño, estilo e ingeniería al llevar las ilusiones de tanta gente durante muchos años». Una reflexión de fondo sobre el destino, las influencias exteriores, el progreso controlado, o no, y la responsabilidad humana.