'Jaume Rocamora presenta composiciones que, siendo de raíz o concepto similar, la disposición y articulación de los elementos plásticos en cada uno de dichas obras experimenta una variación. Más aún, estamos ante una colección que ejemplifica mejor que nunca el principio clásico de la 'unidad en la variedad', por un lado; y unas de las técnicas de comunicación visual más eficaces: la de la seriación y repetición, por otro.

Repetición porque el vocabulario de Rocamora consta de una serie de elementos finitos que repite en sus composiciones. Seriación porque denotan éstas una factura proveniente de una metodología propia del trabajo en serie, del diseño. Pero, y he aquí lo realmente interesante, efectúa este procedimiento de la seriación/repetición, o viceversa, de un modo variado; con lo que entramos en otra de las importantes técnicas de comunicación visual que grafistas, publicistas, arquitectos y diseñadores de ... producto llevan a cabo: la variación. Y este sería, por tanto, una de las claves de su modus operandi, a saber: que Rocamora introduce sutiles pero eficaces modificaciones entre una y otra obra, entre esas duplicidades con que plantea y materializa cada par de piezas. Y semejante mecanismo procedimental que ejercita, conlleva que su geometría -tanto la de cariz ortogonal como la regida por la oblicua- y la aplicación del color, que antaño apenas si aparecía en sus cuadros, constituya el punto de arranque para manifestar una dinamicidad de la mejor ley. Dinámica que por otra parte encontramos a su manera, en las creaciones de Rietveld.'