Descripción de la Exposición Sin duda, los tonos y entornos cromáticos fascinan inconscientemente al ser humano. Apenas se aprecia, se percibe pero nuestra retina capta instintivamente, en minúsculas fracciones de segundo, todo tipo modulaciones cromáticas. Valerí Farràs lleva en la profesión más de veinte años y es perfecto conocedor de las creaciones de matices. Y lo ha demostrado nuevamente al exponer su obra más reciente en Esart Galería de Barcelona. Y tal como ya se ha apuntado, lo primero que capta la retina del espectador al contemplar su obra, es el color. Pero no se debe permanecer sólo en la apariencia de manchas o trazos coloreados. Se debe ir más allá, ser más selecto y exquisito, observar con atención la obra y dejarse seducir por ella, para 'escuchar' con atención mientras se mira, pues hay cuadros que hablan, mientras que otros, a través las gamas cromáticas, son capaces de expresar sonidos musicales. Y se puede verificar fácilmente. Cuando en el entorno de la música clásica, se utiliza la palabra 'cromatismo', esta significa literalmente 'efecto de color', y corresponde a la utilización de notas intermedias de la escala musical, lo que popularmente se conoce como 'semitonos'. No obstante, es necesario ser explícitos: El cromatismo afecta a la estructura melódica, dando lugar a las llamadas 'notas alteradas' (bemol sostenido, por ejemplo), que tienen gran importancia como efectos expresivos. Esta definición musical, se aplica perfectamente a la obra de Farràs, ya que su potencia expresiva es indiscutible, a través de ese juego cromático de notas alteradas, surgidas de la elaboración de colores, o esos particulares semitonos, empleados a través de lo innato del color. Todo ello se complementa con una corrección demostrada en la estructura compositiva, una pincelada vehemente, precisa, electrizante, pero también sutil y etérea, y una luminosidad plagada de intensidades. La significación de los colores queda patente en la obra de Farràs a través de la utilización de amarillos, verdes y terrosos principalmente, sin obviar azules y blancos, en menor escala. En el trabajo de este artista, el amarillo es latente. Simboliza el sol, por lo tanto la energía, la alegría, la felicidad y la inteligencia. Dedicado a los paisajes, el verde es el color de la naturaleza por excelencia y por lo tanto proporciona abundancia, fertilidad y frescura, manifestándose la calidez en su pintura, a través de los tonos terrosos, mientras que los azules complementan su obra con el tono preciso y necesario de sinceridad y serenidad, sin obviar cierta neutralidad del blanco. Si bien es cierto que la obra de Farràs se decanta por el impresionismo, con algunas tentativas con la abstracción e influencias de Joaquim Mir, el conjunto de su obra puede ser también definida con las mismas palabras que Joan Miró pronunció con respecto al color: 'Trato de aplicar el color como palabras que forman poemas, como notas que componen música'. Es por ello que contemplar los paisajes de Valerí Farràs es encontrar en el color una influencia directa sobre nuestro estado anímico, o sobre nuestras almas. Como espectadores, es captar la mayor riqueza cromática con el fin que la forma obtenga su plenitud.
Exposición. 14 may de 2025 - 08 sep de 2025 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España
Formación. 30 oct de 2025 - 11 jun de 2026 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España