Martínez Tendero maneja sin coacción la luz, el espacio, la geometría y el color, no en función de una representación objetiva, sino como parte de un elemento compositivo reflejo de una motivación personal manejada desde valores emocionales, existenciales y culturales de su entorno.
La visión de los espacios sugiere la idea compositiva de la obra y se elige como fenómeno motivador de la expresión plástico-visual de Tendero; son el enunciado desencadenante de los procesos de producción plástica provocados por la constante interacción del artista, su obra y el entorno. Todo obedece al momento y lugar que el artista siente, el que le proporciona la inspiración y el placer de pintar al margen de modas, tendencias o nuevos valores.
Aparece el espacio virtual en convivencia con conceptos de representaciones tradicionales que dotan de una nueva dimensión a la interpretación del tiempo y el espacio en el lienzo; el fondo se hace forma y...la forma se desplaza por una plano irreal que la mueve por el lienzo o se dirige fuera de él y que sumergen al espectador en un travelling donde los planos sugieren una transgresión de los valores formales clásicos.
La abstracción y la figuración conviven sin complejos articuladas por unas geometrías estructurales que actúan como una red neuronal.
El color y la textura conviven en un mézclum de contrastes entre la masa pictórica y la transparencia, el color sólido y la veladura o las grisallas contrastadas con los colores más puros.
Este es el resultado del proceso experiencial de Tendero que no deja duda de su constante “búsqueda” donde mezcla elementos del pasado y del presente reinterpretados desde la tradición y la innovación tecnológica, enfatizando su nutrida y singular faceta de creador.
La exposición que ahora presenta Martínez Tendero es la Victoria que “por naturaleza se nos presenta insolente y arrogante” como decía Cicerón.
Entrada actualizada el el 15 oct de 2019
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