Desde que se traslada a Barcelona en 1975, Yamandú Canosa tiene una extensa actividad en España, Europa y América. Recientemente ha expuesto en el Centre d'Art Santa Mònica de Barcelona así como en Montevideo, Río de Janeiro y Los Ángeles. Su obra ha sido seleccionada para participar en exposiciones retrospectivas de arte español en el Centro de Arte Reina Sofía de Madrid (Dibujos Germinales), en el Sprengel Museum de Hannover, en el Albuquerque Museum (A Century of Spanish Art) en Nuevo México, en el Dalí Museum de St. Petesburg, en el Bass Museum de Miami y en el Domus Artium 2002 de Salamanca (Mixed Emotions, Apuntes para una colección del siglo XXI). En 2008 fue galardonado en Uruguay con el prestigioso Premio Figari (premio a la trayectoria).

El dibujo es central en la obra ... de Yamandú Canosa, el sitio privilegiado de sus discursos. La instalación reúne una cuidada selección de dibujos nunca expuestos en España. Viento agrupa la obra en núcleos 'narrativos', proponiendo un itinerario a modo de paisaje por los diferentes sujetos poéticos que se entrecruzan en su trabajo: el paisaje como construcción del lenguaje, los 'muros' y el lenguaje, la guerra, el amor, el desamor, las nociones subjetivas del tiempo y del espacio, la percepción de la naturaleza como un espacio emocional o la geometría del imaginario. Los dibujos combinan diferentes técnicas como gouache, óleo, transferencias con papel carbón o collage sobre papel. 'Viento' sigue la gramática de las instalaciones que Yamandú Canosa ha presentado durante los últimos años, en el que el muro de la sala es tratado como el soporte de un gran paisaje subjetivo que llama a una continua interactividad con el observador, interrogándolo.

En palabras de Patricia Bentancur*: 'El paisaje común al que se refiere Yamandú Canosa es (...) un espacio de lenguaje predisciplinar, es un sistema conceptual no tributario de códigos de representación específicos. En definitiva, un espacio que no genera estilo, sino que genera obras. En los dibujos y pinturas de Yamandú podemos ver ese 'no estilo'. Formalmente su obra visita un amplio repertorio de recursos formales -algunos contrapuestos- al tiempo que se nutre, en un ejercicio de sincretismo estético, de infinidad de referencias históricas y contemporáneas. Este artista se interesó desde siempre en los equívocos, en ciertas confusiones o comuniones entre las diversas disciplinas, pintura y música, literatura y dibujo, adelantándose a las indefiniciones disciplinarias promovidas en los 90'. Pese a un hacer preciso, Canosa no jerarquiza el discurso disciplinario sino que, por el contrario, tensiona esas herramientas y las subordina a un discurso íntegramente centrado en el cruzamiento necesario para la construcción de sentido. En este corte transversal pone en crisis el sentido del dibujo, la pintura y el plano, retrocede y vuelve a fijar la imagen en el muro, devolviéndole la cualidad ancestral y primigenia. Canosa sólo produce 'esta pieza' compleja para que el espectador pueda completarla a partir de su mirada y en una hipótesis narrativa a partir de una iconografía plural.'

'(...) Desde los 90' Canosa se acerca a la imagen fotografiada. Primero a través de transferencias de imágenes de prensa -como las que utilizó en la serie Suite dispersa o en la elaboración de la serie Topografías- o calcándolas. Desde el 2002 las imágenes que utiliza pertenecen (a modo de libro de apuntes) a su propio archivo fotográfico. Este interés por la fotografía -transferida, calcada o proyectada sobre la tela o el papel- ayuda a clarificar sus operaciones en el campo del lenguaje ya que optimiza la interactividad con la imagen 'nombrada', la libera de la adjetivación formal, la objetiva y la aparta más claramente del debate de la representación en relación con el estilo. Representar para Canosa es una herramienta necesaria del lenguaje alejada del debate estético de la modernidad centrado históricamente en el 'cómo' representar. Pero en todo este proceso aparece un tema clásico de la pintura: la imposibilidad de la mimesis. La imagen así liberada acentúa su capacidad de 'nombrar', de operar en el aparato subjetivo de quien la percibe. Recordemos que para Canosa la obra es inmaterial, que el arte 'sucede' en un espacio virtual al plano de representación.'