Descripción de la Exposición
Relatos de lo invisible, lo místico y lo cotidiano en la mirada de Micaela Maisa
Vine a contarles lo que vi, la exposición individual de Micaela Maisa para la Fundación Posta de Valencia, se erige como un ejercicio crítico y poético sobre la mirada, el sentido visual y los regímenes de lo visible en la contemporaneidad. En un mundo hipervisual, saturado de imágenes y atravesado por dispositivos que median y condicionan nuestra percepción, Maisa nos invita a detenernos y a cuestionar los automatismos de la visión, a interrogar aquello que, por cotidiano, se nos escapa, y a explorar los pliegues de lo oculto, lo místico y lo misterioso que subyacen en la experiencia de mirar.
La conceptualización de la muestra parte de una reflexión profunda sobre la centralidad de la visión en la cultura occidental y su vinculación con el conocimiento, el poder y la subjetividad. Desde la herencia filosófica de Platón y la Ilustración hasta los debates contemporáneos sobre la cultura visual, la mirada ha sido entendida tanto como vía de acceso a la verdad como mecanismo de control y objetivación. Autores como Sartre han problematizado la mirada como cárcel dialéctica entre sujeto y objeto, donde el otro nos devuelve la posibilidad inquietante de convertirnos en objeto de observación (Jay, 2007, p. 278). Esta tensión se amplifica en el pensamiento de Freud, Lacan y Foucault, quienes asocian el ojo y la mirada con un poder amenazante, capaz de separar y aniquilar, de producir sujetos y someterlos a la lógica del deseo y la vigilancia (Jay, 2007, p. 278).
Maisa recoge este legado y lo atraviesa con una perspectiva de género y crítica feminista, siguiendo la estela de Laura Mulvey y John Berger, quienes han desvelado los mecanismos de placer visual sexuado, la conversión de la mujer en imagen y la introyección de la vigilancia (Prada, 2018, p. 47). La artista, desde su doble formación en Sociología y Bellas Artes, y su trayectoria investigadora, propone una revisión de la mirada cultural dominante, que identifica y somete, especialmente a las mujeres, a la condición de ser-imagen, de ser vistas y juzgadas desde cánones externos (Prada, 2018, p. 47). Así, la exposición se convierte en un espacio de resistencia y de apertura a otras formas de mirar y ser mirado, donde la subjetividad se reivindica como situada, parcial y múltiple, en sintonía con el «conocimiento situado» de Donna Haraway, que rechaza la ilusión de una mirada objetiva y universal (Haraway, 1995, p. 33).
En este marco conceptual, las obras de Maisa despliegan una poética de la visión que oscila entre lo científico y lo mágico, lo cotidiano y lo ritual, lo visible y lo invisible. La serie Óptica y Metáfora, propone un diálogo entre arte, óptica y epistemología, jugando con lentes, dispositivos y metáforas visuales que invitan al espectador a desplazarse, a moverse entre filtros y refracciones, a reconocer la complejidad y la parcialidad de toda percepción. No se trata de ofrecer respuestas, sino de abrir preguntas, de sugerir vínculos entre la tradición histórica y científica y una sensibilidad poética y cotidiana, mediada por los materiales y las imágenes. Aquí resuena la propuesta de Haraway de pensar la difracción, más allá del reflejo y la objetividad, como modo de abordar el conocimiento y la visión (Haraway, 1995, p. 33).
Mientras el video monocanal titulado Beware the Stare, explora la mirada como mecanismo interno al relato audiovisual y como presión ejercida por la cámara y los personajes masculinos sobre las figuras femeninas, apenas insinuadas. La obra se estructura en cuatro partes: la introducción de la mirada, la aparición de dispositivos ópticos (cámaras, prismáticos, catalejos) que amplifican y simbolizan el acto de mirar, la reacción del observado y la tensión creciente hasta la violencia de la mirada, y finalmente, la propuesta de la lágrima como alternativa: los ojos no solo miran, también lloran. Así, la artista subvierte el poder objetivante de la mirada y abre un espacio para la emoción, la vulnerabilidad y la conexión sensible, donde la lágrima nubla la visión y manifiesta una resistencia corporal y afectiva.
En Remedios para el mal de ojo, Maisa retoma la tradición de los amuletos y rituales protectores frente a la mirada dañina, el mal de ojo, presente en mitologías y supersticiones desde la Antigüedad. La instalación, compuesta por estructuras metálicas, cadenas, cristales, cerámica y elementos líquidos, crea una imaginería del ojo y la mirada que oscila entre suscitar y protegerse de su poder. El ojo, el cristal, la luz, la cortina y la lágrima se entrelazan para conformar amuletos que insisten en la tensión entre ver y ser visto, entre la exposición y el resguardo, entre el daño y la curación. El ritual materializado conecta con el ritual social, con la necesidad de protección ante el juicio y la objetivación del otro, y sugiere que la alternativa al poder de la mirada es la emoción, la lágrima que vela y revela, que oculta y muestra a la vez.
Las creaciones de Maisa se inscriben así en una tradición de artistas que han explorado lo esotérico, lo místico y lo oculto en el arte contemporáneo, utilizando símbolos y rituales para conectar con dimensiones espirituales y trascendentales (Art Miami Magazine, 2024). Como Hilma af Klint, Joseph Beuys o Dan Flavin, Maisa recurre a la luz, la óptica y los dispositivos visuales como medios para interrogar la percepción y abrir portales hacia lo invisible, lo misterioso y lo inasible. Su trabajo dialoga también con la historia de las imágenes ocultas y las ilusiones ópticas, que desde la Edad Media han servido para denunciar, ironizar o protegerse a través del doble sentido y la ambigüedad visual.
La exposición Vine a contarles lo que vi se convierte así en un espacio de experiencia y reflexión, donde el espectador es convocado no solo a mirar, sino a habitar la mirada, a dejarse afectar por lo que ve y por lo que permanece oculto, a reconocer las reglas y los regímenes escópicos que condicionan su percepción y a abrirse a la posibilidad de una visión más libre, crítica y poética (Contreras, 2018, p. 1200). Maisa, en su doble condición de artista y pensadora, nos invita a detenernos en lo que se nos pasa desapercibido, a buscar lo misterioso en lo cotidiano y a reconocer que, en el acto de mirar, siempre hay algo que se escapa, algo que se resiste a ser plenamente visto, algo que, como en las imágenes ocultas, es claro para quien sabe buscar y permanece invisible para quien no sospecha su existencia.
Maisa nos invita a mirar de nuevo, a contar lo que se ve y, sobre todo, a preguntarse por aquello que permanece oculto, por lo que la imagen no muestra pero sugiere, por el misterio que habita en cada acto de visión y en cada intento de narrar lo visto.
Alejandro Mañas García
Comisario y profesor de la Universitat Politècnica de València.
Exposición. 28 may de 2025 - 20 oct de 2025 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España
Formación. 30 oct de 2025 - 11 jun de 2026 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España