Vivimos en un mundo aséptico donde creemos que la limpieza es el antídoto del miedo. Vacunas, antivirus y alarmas son nuestros guardianes. Cuando fallan, nos sentimos solos, vacíos, vulnerables, desesperados e impotentes. Entonces evidenciamos nuestra intolerancia a la frustración y comenzamos a descubrirnos como seres inacabados con un futuro indeterminado para hacernos a nosotros mismos. Y es que “somos problemas vivientes en un tiempo que no cesa y con una exigencia que no aguarda”. Nuestra realidad, la que define el suelo que pisamos y el cielo que nos mira, la misma que contribuye a nuestro desarrollo y nos ciñe con sus límites, desaparece en segundos convirtiéndose en un interrogante. En ese momento nos preguntamos si dependemos más de esa realidad que de lo que somos y si nuestra vida la decidimos nosotros o la dejamos en manos ajenas. La socialización nos ha llevado a vender aquello que demandan los demás,...soterrando lo más valioso de nosotros.
Viral es una exposición en la que se ensalzan los virus que llevamos dentro, esos que no exteriorizamos por miedo a que nos etiqueten y nos releguen. Hablamos de injusticia pero carecemos de valor para hacer frente a nuestra verdad porque el valor, que se aprende con la educación, es un acto de humildad y generosidad que se erige sobre un instinto animal de conservación. Así como el miedo es la inseguridad y funciona en casi todo como instinto de supervivencia, la cultura propicia la seguridad, la conciencia de que todo es inseguro e incontrolable.
Viral es una apuesta por el riesgo de vivir, sufrir, emocionarse, equivocarse, perderse, encontrarse, perdonarse, el compromiso y la aceptación de lo que somos sin consentir que nos limiten. Viral es aprender para desaprender, creer para crear, ser consciente de que lo importante es ser quien eres, hacerte poco a poco y desarrollarte al máximo. Este espíritu trasgresor en una sociedad que se asienta en el éxito, la productividad y la competitividad es imprescindible para sobrevivir. Admitir el carácter incontrolable de la vida como base de nuestro crecimiento personal, evitará nuestra frustración y miedo al fracaso.
Viral se erige como herramienta creativa aprovechando materiales en desuso para transformarlos en proyecciones de nuestra esencia. El deseo de superación, de transformar y transformarse está reflejado en la elección de los mismos, soportes versátiles derivados del plástico, que representan nuestra fragilidad como seres humanos, capaces de convertir la adversidad en creatividad y las frustraciones en emociones que nos ayuden a crecer.
La sinestesia entre color y movimiento, a partir de una fantasía abstracta, revela a Viral como radiografía de esas emociones que constituyen la chispa de la vida.
Ana Cristina Pastrana
Entrada actualizada el el 04 oct de 2017
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