Las fotografías de Wellhome son retratos de mujeres desplazadas, aunque a primera vista nada nos indique su condición de emigrantes. La esmerada puesta en escena y el cuidado estilismo podrían hacernos pensar que se enmascara una realidad, a menudo presentada de forma más dramática y urgente. Sobretodo en los registros habituales del fotoperiodismo. Sin embargo, este proyecto pone sobre la mesa todo aquello que las representaciones fotoperiodísticas suelen excluir al abordar las crisis migratorias. En las fotografías no sólo se habla del éxodo. En ellas se produce una insólita conexión entre la emigración y los paraísos domésticos de la clase media. Puede que carezcan de dramatismo, pero en cambio sugieren un vínculo obliterado con demasiada frecuencia. Al posar en pisos nuevos, junto a los radiadores y las camas por estrenar, esos cuerpos femeninos dejan atrás la codificación victimista que las encierra en un círculo de ... precariedad. De repente han roto con la transicionalidad endémica. Han llegado a ocupar los espacios reservados a los sueños de otras mujeres. De ahí que la cualidad ficcional de la serie no represente objeción alguna para que siga manteniendo una estrecha relación con un fenómeno tan real como la emigración.

Carles Guerra

LAS APARIENCIAS ENGAÑAN

LA IMPORTANCIA DE LO APARENTE

En líneas generales los trabajos de Marta Soul parten de la reflexión y particular interpretación de nuestro medio ambiente más inmediato, es decir, la sociedad urbana de consumo. Un universo de imágenes en el que todo se convierte en objeto atractivo destinado a seducirnos y satisfacer tanto nuestra sensación de bienestar como la consecución de ese objetivo último y universal de nuestro tiempo que es la felicidad terrenal. El valor de la estética pues, se impone como enlace principal hacia cierta idea de perfección.

La casa, el domicilio, es en sí mismo el lugar donde más propiamente manifiesta esta estética. Un hogar donde hasta los utensilios más ordinarios pueden reivindicarse como sofisticadas piezas de diseño al combinarse con el fondo de pared más adecuado. La cercanía con lo considerado POP es evidente por experiencia generacional propia y por asunción de algunas de sus formas y planteamientos.

En 2004 partiendo del hecho casual de asistir a la celebración de tres matrimonios mixtos entre españoles y extranjeras en un mismo año, Marta Soul inicia su particular visión de la inmigración, Chance of Love, vinculándola también a la experiencia de género, desde el protagonismo de mujeres de todo el mundo a la búsqueda de un ideal común de consumo doméstico en el que son retratadas de manera solemne y luminosa. La personalización de la casa propia, el “crear hogar” que dicen, y no sólo crearlo sino el mantenerlo, se corresponde con la imagen tópica de lo femenino y en este sentido nos parece presenciar una imagen anacrónica que no lo es tanto.

A nivel formal reconocemos un código estético más cercano a la publicidad o en este caso a la moda que al documento fotoperiodístico o el retrato al uso. Pero la aparente superficialidad, la importancia de lo aparente, parte de una materia pura que en ningún caso es forzada a la impostura mas allá del estilismo de la protagonista. Son mujeres inmigrantes ante un ideal común. Esta idea de lo común, paradoja del capitalismo, que como dijo Warhol; igualará más a las personas que el comunismo, se ve reforzada al desnudar el ámbito/contendor de lo doméstico. Un marco crudo en el que sólo reconocemos los elementos comunes al confort.

Esta particular iconografía del consumo continúa actualmente su periplo intentando cubrir el mayor número de nacionalidades de inmigrantes presentes en nuestro país.

Enrique Docasal