A través de la jerarquización de opuestos: presencia/no presencia, orden/desorden, figuración/abstracción, se presenta un horror vacui rítmicamente estructurado y un minimalismo cromático artificioso que conjugan una homogeneidad. A simple vista la representación desaparece. Nos topamos con la ironía visual; son los opuestos los que conforman un todo uniforme y la clave formal está en su transición y equilibrio, sólo a través de una mirada reflexiva cabe la concreción y a su vez hace soportable el Exceso.