Artista

Cristina del Prado - Prado

1974 en Sevilla, España

17.05. Agua, Tierra & Aire. Te?cnica mixta sobre tela. 130 x 160 cm

Datos generales
Sin Algoritmo AI

Residencia:

Reside en Sevilla, España

Etiquetas:

Abstracción lírica Abstracción orgánica Abstracto Acrílico Arte digital Arte gestual Expresionismo abstracto Expresionismo figurativo Figurativo Ilusionismo abstracto Impresionismo Neofiguración Neoimpresionismo Óleo sobre tela Paisaje Pintura Posimpresionismo Retrato Técnica Mixta

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Descripción del Artista

Aire, Tierra, Agua & Alma Siempre presentes, estos elementos vitales, en su confluencia y combinación, entretejen nuestro paisaje. Las relaciones que establecen entre sí, las distancias o vacíos que se crean entre ellos, hacen que el espacio se abra delante del espectador, a pesar del alto grado de simplificación que a veces aplana las formas. Es la mirada humana, con la luz de su inteligencia e impulsada por su carga emocional, quien dota de significado los elementos abstractos. La impresión de lejanía, ese perderse más allá de la línea del horizonte, rompe el plano del lienzo en un espacio infinito. Al mismo tiempo que a veces, la concreción casi hiriente de un objeto en primer término obliga a la mente a partir de la realidad inmediata. Una bruma mágica parece envolver y desdibujar las formas aumentando la sensación atmosférica, haciéndonos pasar de la mano de la abstracción, del mundo de lo real ... al onírico. Ante la simplificación de las formas, la textura del cuadro cobra relieve enriqueciéndolo, y en sus sutiles variaciones y matices expresa gran delicadeza. Sensibilidad minimalista que se une a una gran fuerza gestual: la pincelada libre, brutal a veces, que moldea las formas y sigue el movimiento, se transforma en algunos puntos en delicados matices y suaves transparencias. La variedad de tratamientos técnicos expresa variedad de carácter: lo leve y ligero junto a lo profundo e insondable, lo más pequeño y efímero contrapuesto a lo infinito y eterno. Y que se refleja en la riqueza de la paleta de color, a veces sombría y otras muy luminosa. Alegría y tristeza, muerte y vida, caras inseparables de una misma moneda, pero nunca faltos de una nota de esperanza. Esta brota en la pintura de una cierta belleza o armonía siempre presente, que se despliega suave y serena; o irrumpe fogosa, palpitante, positiva. Es el ojo, el alma, la que sabe sentirla en aquello que percibe y cubrir con su manto de suavidad incluso las realidades más oscuras, sacando luz de las tinieblas. Belleza que implica una búsqueda, una tensión. Búsqueda guiada por la Fe. Y la Fe la enciende el Amor.