Mi amor por el arte comienza en el colegio secundario, transmitido por una profesora maravillosa y con una generosidad inmensa. Gracias a ella pude conocer a los grandes artistas renacentistas e impresionistas, que son mi pasión. Mi profesión publicitaria me acercó siempre mucho material de consulta y pude disfrutar de la unión de mis dos pasiones. Una se alimenta de la otra y eso es un lujo que todavía puedo disfrutar. Los viajes me han hecho llorar de emoción en los museos que visité, donde pasé horas admirando lo que tanto estudié. Una vez instalada profesionalmente, decidí retomar el lápiz, papel, pincel y bastidor y me animo a pintar, estudiando en detalle a los maestros. Tratando de entender su pincelada delicada, frenética, detallada. Pinto con la pasión intacta por el arte. Tratando de comunicar, haciendo uso de mi profesión. Con el alma llena de emoción al firmar mis obras. Espero poder transmitir todas estas sensaciones en mis pinturas.