Hay diálogos que, cuando son a varias voces, son imposibles de comprender. Más en estos días donde confundimos dialogar, debatir y gritar más fuerte que quien tenemos al lado. Lo vemos en la televisión, sobre todo, en esos debates donde se grita, interrumpe y no se piensa en argumentar sino en decir que se ha ido a decir, y punto.

Por eso me resulta aún tan sorprendente cuando mantengo diálogos con colectivos que hablan a varias voces sin pisarse, solapándose de manera natural porque se está pensando en lo mismo, o continuando una idea cuando otra persona termina. Una conversación fluida. Esto es lo que sentí al charlar con las cuatro directoras del Centro Huarte de Navarra. Risas, buen ambiente, relax, respeto e ideas comunes.

Esto último especialmente necesario si pensamos que, por primera vez, un colectivo de cuatro mujeres dirige un centro de arte. 

Cuando una mujer es elegida para capitanear un centro o museo suele ser, tristemente, noticia; suele ser una excepción aún... Pero hablar de no una, sino de cuatro, es más noticia si cabe. Por ser cuatro mujeres y por suponer un modelo de dirección (a cuatro voces), totalmente novedoso.

Son cuatro: Elisa Arteta, que viene de la danza y la práctica escénica, y gestiona los temas dedicados a esto en el centro. Oskia Ugarte, de la gestión cultural, en coordinación de exposiciones y arte contemporáneo. Betisa San Millán, educadora, con más de diez años de experiencia en departamentos educativos de centros de arte contemporáneo, además de trabajar como profesora asociada en la Universidad de Navarra en Magisterio, y que ha trabajado, desde hace más de una década, con la cuarta en el colectivo, Nerea de Diego, educadora, artista visual y también docente en la universidad. 

Ambas, Betisa y Nerea, como colectivo Bitartean, llevaban ya trabajando cuatro años en el Centro Huarte, en el Departamento de Educación, centrándose en la comunidad escolar, tanto para niños y niñas como para docentes de Navarra. 

La idea de presentarse al concurso para dirigir el Centro siempre partió de ese trabajo colectivo, pero llevándolo a más de dos, pensando en un equipo: Elisa ya había participado en una sesión del departamento educativo que organizaba Bitartean, en unas jornadas de formación de danza con el profesorado, y fue así como pensaron en una cuarta persona ligada a la gestión; fue Oskia, con la que ya habían trabajado en el Museo Oteiza y en otros proyectos.

El proceso fue muy orgánico, natural: reunirse, verse, charlar para ver cómo entendían las cuatro la gestión de un centro y si tenía, finalmente, sentido presentarse juntas.

Alguna de ellas no se conocían de antes, como Elisa y Oskia, pero la conexión fue común. "Nos reunimos y vimos que estábamos en la misma sintonía las cuatro. Estuvimos seis meses preparando el proyecto pero llegamos a conclusiones profundas sobre lo que queríamos hacer rápido, fruto de esa sintonía".

Negar las limitaciones de una sola no es aquí algo a ocultar, sino un valor a poner sobre la mesa. "Cuando Nerea y yo (Betisa) comenzamos a pensar en esto era casi una broma; pensábamos ¿qué necesitamos? ¿A dónde vamos?, y lo que hacía falta era gente que pudiera aportar cosas que nosotras no podemos. Lo pensamos así, la verdad. El proceso de desarrollo del proyecto, a lo largo de las reuniones, resultaba del diálogo, la formación y la experiencia de las cuatro, cada una con su perfil. Teníamos claro que solas, cada una, no nos hubiéramos presentado. No nos interesaba a ninguna ser directora única del centro".

Las bases incluían la opción de que colectivos se presentaran a la convocatoria, que era justamente lo que ellas buscaban: "Nos gustaba que en las bases se incluyera la participación de equipos aunque sólo aparecía en un párrafo y el resto se dirigía a una sola persona, por eso al principio no sabíamos muy bien, ya que como grupo habíamos empezado a trabajar a raíz de esta convocatoria pero no teníamos del todo claro que nos pudiéramos presentar. En casi todas las bases se busca a una sola persona. No estábamos dispuestas a hacerlo así, no nos interesaba, no tenía sentido para nosotras. Nos sugirieron designar a una representante y que las otras tres estuvieran trabajando también, pero nos negamos; teníamos claro que queríamos trabajar las cuatro por igual".

Pregunta (P): ¿Y la gestión? ¿Puede gestionarse un centro de forma colectiva?

Respuesta (R): "Creo que no se concibe la gestión como algo a desarrollar en colectivo porque no se considera algo creativo. Se sigue asociando la gestión a un modelo muy jerarquizado, con unos protocolos muy claros, y donde no se "debe" improvisar. Continúa existiendo un miedo a equivocarse que debe superarse; te equivocas, aprendes y sigues, y esto te va a ocurrir en un modelo y en otro".

"Este era nuestro punto fuerte y débil a la vez. Ese trabajo colectivo ya está más asumido desde la producción artística y creemos que debe aplicarse a la gestión, sobre todo cuando vas a gestionar un espacio de arte, ¿por qué no trasladar esas dinámicas y sinergias que se crean en un equipo artístico a todo el sistema? Y a la vez es un riesgo para la institución a muchos niveles... y ya nos hemos encontrado con esas barreras. Sobre todo porque no está pensada la institución para esto... de ahí nuestras sorpresa de que, finalmente, nos seleccionaran".

P: ¿Y para los próximos cuatro años? ¿Qué planteamiento queréis desarrollar en Huarte?

R: Queremos involucrar de una manera efectiva a la comunidad y trabajar con un centro que atienda a las necesidades reales de la comunidad pero no como una pregunta tipo de "¿qué es lo que queréis? y os lo damos", no; queremos que formen parte. Por eso nuestro proyecto es un poco abstracto en este sentido; queremos construir a través de reunirnos, hacer talleres, vernos... dinámicas y encuentros con la comunidad no sólo artística sino también docente, etc. Que cualquier usuario del centro participe para ir viendo cómo lo vamos construyendo.

La propia actividad del centro la planteamos como un proceso de investigación; es esta investigación la que va a hacer que haya actividad y la actividad va a generar, a su vez, investigación. Esta retroalimentación es el camino que queremos marcar.

P: Los cambios de gestión se ven especialmente en el ámbito político, pero cada vez más en la cultura, ¿creéis que vuestra designación, y lo que el modelo a cuatro supone, es una consecuencia de la necesidad de cambio de modelo en el sector artístico?

R: En Navarra en concreto ha habido muchos esfuerzos por parte de la comunidad artística de crear cosas al margen de la institución, que durante mucho tiempo ignoró esta actividad. Sin embargo, en los últimos años, ha ocurrido que estas organizaciones al margen de las instituciones han tenido más eco y repercusión social que las instituciones mismas.

También es cierto que con el cambio político en Navarra han designado a un director de cultura que ha hecho que se produzca este cambio; si hubiera estado otra persona, probablemente no estaríamos aquí nosotras. En Navarra hay un número importante de puestos técnicos, más que políticos, esto es también importante.

P: ¿Y respecto al sistema del arte? ¿Son más permeables las instituciones ahora que hace unos años, sobre todo con aquellos proyectos no pensados, en un primer momento, para la institución?

R: Están cambiando. Nosotras creemos, y así lo hemos hablado, que todas aquellas corrientes que hasta ahora no estaban en la institución, igual era ya el momento de incluirlas. No tenemos claro si esto supone que dejarán de ser prácticas marginales... Al final, depende de donde pongas el centro encontrarás los márgenes. Los márgenes van a existir siempre pero es importante cambiar ese centro.

Creemos que lo importante es que las cosas circulen, cambien, que no siempre sean los mismos haciendo lo mismo. Nuestra dirección colectiva tiene sentido también porque estamos hablando de un centro de arte contemporáneo y queremos gestionarlo con unos modos de hacer también contemporáneos.

P: ¿Y el hecho de que seáis cuatro mujeres? Es novedosa una dirección a cuatro pero es que además es con cuatro mujeres... 

R: (Ríen) Pues lo hemos hecho a propósito y no lo hemos hecho a propósito. No elegimos ser mujeres (ríen) pero tenemos claro con quien trabajamos. Para este tema en concreto, de trabajar de forma dialógica y sacar cosas adelante, nos sentíamos más cómodas trabajando entre nosotras. 

También nos lleva a pensar en feminismo... Somos feministas las cuatro, activistas a niveles diferentes, y esto sí que es algo que queremos destacar.  El feminismo va a traspasar todas las actividades que hagamos, de alguna manera, y toda metodología que vayamos a inventarnos. Esto siempre va a estar ahí, y creemos que es importante. Está en nuestro proyecto, en el del centro y en la dirección a cuatro... tomando las decisiones de manera horizontal, de manera que se diluya más la autoridad, también es feminismo.

P: ¿Y la importancia de lo local?

R: Tenemos en cuenta que estamos en Huarte, en la periferia, y para nosotras es importante plantearnos este trabajo con lo local. Hasta ahora este era un centro de exposiciones y nuestra idea es convertirlo en un centro de producción, donde trabajar. El espacio va a sufrir bastantes cambios, es una transformación importante.

En Navarra lleva muchos años reclamándose un espacio de producción, ya que no existe ninguno, y nuestro mayor cambio inmediato es ése. Entendemos, además, la producción no sólo como algo material, sino producción de relaciones, conocimiento, compartir metodologías de trabajo, etc. 

Como somos artistas y educadoras, hemos sentido una necesidad que no estaba. Si esto hubiera existido antes aquí, probablemente no nos hubiéramos presentado, pero el hecho de querer plantearlo venía de esto, de la necesidad. Creemos que sabemos bastante sobre lo que puede necesitar el contexto, ya que lo hemos vivido todos estos años, y vamos a intentar hacer lo que nos gustaría que existiera.

También vamos a seguir con nuestras trayectorias, no las vamos a dejar de lado, y eso retroalimenta este proyecto. Nos gustaría hacer otros proyectos fuera en relación a este. De alguna manera nos definiríamos más como profesionales dirigiendo, que como directoras.

Yo (Oskia) voy a ser la que más presente esté aquí, de algún modo, como gestión más al uso, y el resto alimentando conceptualmente el proyecto del centro, su actividad... pero todas estamos constantemente en este proyecto.

Entrevista realizada por Semíramis González.