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La muestra consiste en un conjunto de 24 esculturas que el artista comprende como 'regalos', una postura filosófica que replantea las nociones de valor y belleza que se encuentran en el imaginario colectivo. La belleza de la artificialidad subvierte el valor monetario de las cosas como meras mercancías y objetos de deseo: evidencia la belleza y vanidad en el mismo objeto. En Todo para ti, Ciudad de México, las reglas que rigen al capitalismo son explotadas para hacer de estas esculturas el sujeto de contemplación filosofal y, así, explorar las nociones de valor y de belleza de las relaciones humanas.

Esta exhibición extiende la exploración de Jan De Cock sobre las formas y esculturas en relación con su ambiente. Todo para ti, Ciudad de México subvierte la percepción que valora a la forma, la monumentalidad y la ... posesión por encima de las emociones, reciprocidad e intercambio. En ella, la ciudad misma se convierte un paisaje tanto físico como mental en donde las esculturas e interacciones que se desprenden de ellas operan en un nuevo plano y materialidad. Estas esculturas, compuestas de elementos decorativos y objetos mundanos, se refieren directamente a las naturalezas muertas de Giorgio Morandi.

En las interacciones con la gente y los encuentros fortuitos por la urbe, el artista crea nuevas confrontaciones que hacen que los fetiches y objetos presentes en sus piezas trasciendan su condición normal. La Ciudad de México se convierte en su estudio: sus obras son desplazadas de la galería y de lugares institucionales a la vida de las personas para darles una ventana al mundo. Esto se traduce en una ruptura fundamental con el reconocido planteamiento de las intervenciones in situ de De Cock: las esculturas fueron realizadas en otro contexto (su estudio en Bruselas) y son ahora activadas en otra locación, por otras personas, con otras percepciones y representaciones. Con ello, Jan De Cock ha inventado una nueva manera de trabajar, la llama esculturacomunista.

Jan De Cock (Bruselas, 1976) se ha perfilado como el artista joven más reconocido de Bélgica. Su obra ha sido sujeta a un sinnúmero de exposiciones críticamente aclamadas a nivel mundial, entre las que destacan sus muestras individuales en la Tate Modern, Londres, en 2005, el Museo de Arte Moderno de Nueva York, en 2008 y, recientemente, Jacqueline Kennedy Onassis, Eine Romantische Ausstellung en el Staatliche Kunsthalle, Baden-Baden, 2012.