La artista crea texturas y las fusiona con elementos de color tal como con la fotografía original y convierte esa mediante la manipulación específica. Así se añade a las fotografías una nueva dimensión que cambia la realidad y las convierte en una nueva a través de la creación artística. Esta intervención se hace deliberadamente, ya que por la deconstrucción de la fotografía real, el artista obliga al espectador a participar en una reinterpretación de la figura. Por tanto, las nuevas imágenes, se convierten en historias visuales, que recuerdan a un baile y crean una atmósfera misteriosa, casi de ensueño. Danza de las texturas.