La acción de cultivar mantiene un profundo vínculo con nuestro pasado ancestral. Actualmente el cultivo tiene múltiples definiciones -desde labrar la tierra para obtener beneficios, sembrar células/tejidos, o bien, entender el verbo cultivar como forma de desarrollar conocimientos (cultura-cultus-cultivo)-. Por otra parte, el campo exterioriza el espacio, determina disciplinas y es el lugar de manipulación que armoniza la extensa y reposada superficie que se muestra en los paisajes. En Campos de cultivo encontramos dibujos que enraízan en radiografías, diminutas ciudades que germinan en placas de Petri o estudios en acuarela del comportamiento urbano que crecen sobre papel. El cuerpo y el espacio habitado se anexionan para formar un único concepto no tan irracional como parece.