Marcel Dzama realiza su segunda exposición individual en España y la primera en la galería Helga de Alvear. Sus dibujos poblados de una imaginería única y personal se han hecho extremadamente populares en los últimos años.

El mundo de Marcel Dzama hunde sus raíces en la historia de la ilustración tradicional con referencias visuales que nos remiten a los clásicos de los años 20 y 30 de pasado siglo. Sin embargo es como si es artista nos diera su versión perversa. Ha creado una iconografía personal, perfectamente reconocible, con personajes recurrentes que realizan acciones, sin bien difíciles de discernir, que crean un clima, un aura, llena de humor, ironía, desasosiego y absurdo.

Son personajes híbridos, animales personificados, objetos animados. Sus acciones se sostienen ... en el límite de la narración incitando al espectador a buscar un sentido, una linealidad, que no conduce a ninguna parte pero que mantiene al espectador en vilo. Como si tuviéramos acceso a un instante único, no determinante, sin saber qué ocurrió antes o lo qué viene detrás.

Técnicamente se trata de acuarelas con una paleta de colores restringidos: el dominio del rojo, el marrón, verde, caqui, el gris y el negro. Los fondos del papel siempre están en blanco enfatizando esa referencia a la ilustración tradicional y en ocasiones añade un texto, ya sea una línea a modo de título o bien hasta llenar la página entera.

Para esta exposición ha realizado un proyecto ex profeso en el que ha dado rienda suelta a los motivos españoles. Casi como en el desfile de un circo se pasean Don Quijote, toros y toreros, bailaoras y un personaje nuevo en su mundo, perverso, vestido de lunares y de sexualidad ambigua, junto con detalles tomados de dibujos de Goya y citas de Federico García Lorca y del mismo pintor aragonés.

La danza de Dalila es, en palabras del artista: 'Me acababa de embarcar en la tarea de reunir las imágenes que se amontonaban a mi alrededor y Dalila no es algo que estaba esperando nacer. Apareció de la preocupación por el significado de la existencia y, por encima de todo, por la muerte de las masas anónimas. Así, Dalila baila con la incertidumbre como juega con el lenguaje como si verdaderamente le importara un idioma u otro. Mas allá de eso las reglas son aleatorias y nada es común o habitual aunque se unan al rimo y a la riqueza de las armonías y a las sugerencias de la imaginería. Así que, por favor, disfruten el baile.'

Junto con las series de dibujos se presenta también el vídeo 'The infidels' en el que dos ejércitos, masculino y femenino, se enfrentan en un campo de batalla mezclando coreografía y detalles de gran violencia.