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Eulàlia Valldosera presenta una instalación que, tal como ella misma describe, «cuestiona el flujo económico actual, partiendo de la idea de reinvertir los costes de producción de la obra de arte». Tras visitar algunos mercados, la artista ha comprado varios conjuntos de objetos que se venden en tenderetes clandestinos y que a menudo contienen elementos procedentes de la basura. Valldosera instala estos puestos en el Patio del olivo de la Fundació repartiéndolos por todo el perímetro.

Con esta instalación la artista quiere rendir homenaje a los assemblages de Joan Miró. Con él comparte el uso del objeto cotidiano como elemento discursivo y como resultado del azar. Para dar un título a su intervención, Valldosera recurre a una frase de Miró: «Servirme de las cosas encontradas por el divino azar, hierros, piedras, etc., como me sirvo de un signo esquemático dibujado por azar sobre el papel o de un accidente ocurrido también por azar. Es solo eso, ese destello mágico, lo que cuenta en el arte».

Según Eulàlia Valldosera, la Nadala «es un homenaje a Miró y a la vez una interrogación sobre el control del espacio público». Con la reconstrucción de los tenderetes en el Patio del olivo «desaparece el papel del artista como productor de formas y se transforma en un rol de gestor de experiencia».

En una pantalla situada en la entrada del Patio del olivo se proyectan fotografías de Valldosera donde se muestran algunos de estos tenderetes clandestinos en su contexto e imágenes del proceso de compra de los puestos ambulantes que forman parte de la instalación. A petición de la artista, las persianas que separan la tienda del Patio del olivo estarán subidas mientras dure la instalación, de modo que la tienda y la obra solo quedarán separadas por el cristal. 3

Biografía de Eulàlia Valldosera

(Vilafranca del Penedès, 1963)

Formada en Bellas Artes en la Universidad de Barcelona a finales de los años ochenta, Eulàlia Valldosera se traslada a Holanda en 1990 donde ingresa en la Rietveld Akademie con su primera obra, El ombligo del mundo, una propuesta estética alrededor del cuerpo y la identidad que marcará el carácter procesual de toda su obra posterior. Durante la segunda mitad de los noventa presenta, en las sucesivas bienales que nacían por doquier, las instalaciones lumínicas que conforman el núcleo de su práctica. Casi desconocida entonces en su país de origen, cultiva la escena emergente internacional en Kwangju, Corea del Sur (1995), Sídney (1996), Johannesburgo y Estambul (1997) y participa en Manifesta (1997) y Site Santa Fe (1998), así como en Skulptur Project en Münster (1997). Becada por la DAAD en Berlín, participa posteriormente en las bienales de Venecia (2001), São Paulo (2004) y Lyon (2009).

La retrospectiva Eulalia Valldosera, obras 1990-2000 en la Fundació Antoni Tàpies, coproducida con Witte de With en 2001, le vale el Premio Nacional de Artes Visuales de la Generalitat de Catalunya. En 2009 el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía presenta Dependencias, una exposición retrospectiva de su obra donde se muestra el paso de la esfera personal al ámbito social.

La obra de Eulàlia Valldosera se inicia en el trabajo en torno al cuerpo y recorre progresivamente otros ámbitos temáticos como el habitáculo, la familia, las relaciones personales y finalmente el «cuerpo social». A partir del análisis de objetos, situaciones y contextos cotidianos, estudia la construcción y la representación de una realidad con medios escenográficos y performativos.