En 'Al Cubo' encontramos una serie de nueve bodegones en donde los héroes de la infancia del artista se reencuentran en una habitación. Personajes y objetos pasan de un cuadro a otro, unidos por un nexo común, el juguete más vendido de toda la historia: el cubo de Rubik. La ingenuidad es una sensación aparente en la obra de Eduardo López, es la llave de entrada a un universo oscuro, retorcido e inquietante. En una época sin héroes de carne y hueso la imaginería popular sustituye a los grandes héroes mitológicos emulando sus atributos y creando nuevos ídolos, representados en este caso por juguetes. A pesar de estar asociada con la infancia y sus recuerdos la obra de Eduardo López también nos está hablando de la muerte. En los escenarios de estos cuadros se escenifican luchas de plástico, metal, tela sintética... Todo artificial, todo 'muerto'. La paradoja se ... presenta cuando descubrimos que en nuestra imaginación estos juguetes siempre estarán vivos y que después de que nosotros desaparezcamos seguirán permaneciendo en el imaginario común y 'con vida' siempre que alguien los recuerde.