Sabrina Amrani presenta la primera exposición individual en España de Manal AlDowayan. La muestra, And I, Will I Forget? consiste en una selección de trabajos de la serie epónima que se articula en torno a la transitoriedad de la memoria y el acto de reapropiación de narrativas. Las serigrafías sobre cartulina, papel y placas de aluminio y cobre están inspiradas en el viaje que su padre hizo desde Arabia Saudí a Estados Unidos en algún momento entre los años 60s y 70s.
Como extensión de sus anteriores trabajos, And I, Will I Forget? invita al espectador a explorar los mecanismos de la memoria y las formas de evitar el olvido y la desaparición. Son los temas recurrentes de AlDowayan, cuya práctica viene determinada por el ímpetu de crear piezas sobre fenómenos sin forma e invisibles: el olvido y su opuesto, el recuerdo.
Cuando Manal tenía aún 12 años, su padre le regaló...una caja de hojalata con 1.000 diapositivas Kodachrome tomadas entre 1962 -en el momento de dejar Arabia Saudí hacia EEUU- y 1973, cuando nace su hija. Documentó su nuevo entorno para su familia y, de forma recíproca, tomó fotografías de chicas y chicos saudíes vestidos con sus mejores galas para llevárselas consigo y compartirlas con sus amigos en Estados Unidos. Para su hija, eran simples juguetes que clasificaba. A los 19 años, entendiendo que aquellas imágenes eran un intento de mermar la desconexión radical con el hogar, AlDowayan se enfrentó al silencio. Su padre entró en un proceso de deterioro a causa del Alzheimer y era incapaz de contestar a sus preguntas. Era imposible descifrar las localizaciones e identificar a los protagonistas. ¿Se revelaron en algún momento sobre papel? Esas impresiones nunca sobrevivieron. Las diapositivas permanecieron como guardianas de una memoria enigmática sin historias documentadas.
En 2015, durante una residencia en la Fundación Rauschenberg de Florida, la artista decidió reapropiarse y transformar las fotografías inyectando una nueva narrativa en ellas. El resultado es un conjunto de trabajos en el umbral entre la realidad y la ficción, el recuerdo y la invención: al final, la colección reunida es un reflejo del recorrido personal, intimo, de la artista a través de imágenes ajenas. Las fotos de su padre heredan una existencia y un espacio desde el que comunicar. La técnica y los medios elegidos se hacen eco de esta búsqueda: se trata de trabajos accesibles, sin enmarcar, visiblemente abiertos a los sentidos -tocables, plegables, vivos-. El encuentro está afectado por la materia prima de las serigrafías, puestas a descubierto, desafiando lo que vemos.
And I, Will I Forget? es un mosaico multidimensional de memorias e historias evocado por el uso del cobre y el metal. Inspirada por Robert Rauschenberg, que jugó extensivamente con la apropiación, la artista utilizó el mismo stock de cobre que él -transfiriendo a su vez algo de sus memorias a las piezas-. AlDowayan ha impreso algunas imágenes de forma repetida, casi obsesiva, en referencia a la funcionalidad de la memoria y sus diferentes intensidades. Dependiendo del momento recordamos cosas con mayor o menor detalle, de forma más luminosa, más ligera, más oscura, nítida o borrosa. Las memorias evolucionan, navegan entre elipsis y destellos. En ocasiones somos incapaces de recordar el pasado; en otras, de forma inesperada y en un estallido, sensaciones súbitas nos ayudan a recolocar detalles olvidados. Los materiales utilizados (cobre, lienzo, papel, aluminio) expresan estas ideas. El hecho de que la misma imagen se imprima varias veces con diferentes medios ofrece diferentes lecturas de la misma memoria. Dependiendo de los tonos y texturas, las fotografías repetidas, solapadas, en loop, parecen imágenes inmóviles, imágenes en movimiento o casi anomalías. Pueden verse desde la distancia o de una manera más íntima y cercana. La exploración de la fragilidad de la memoria es una constante en la mayoría de los trabajos previos de Al Dowayan, como “If I Forget You, Don’t Forget Me” (2012). Por medio de retrato, fotografió objetos que hombres y mujeres de familias del petróleo guardaron durante toda su vida -objetos que acabaron por encarnar su energía, presencia y aura-. Sus piezas nos recuerdan la fragilidad del ser humano. No importa lo que acumulemos y documentemos, nuestra memoria está amenazada con la desaparición en cualquier momento.
Una de las imágenes de And I, Will I Forget? es una sirena que evoca cierta melancolía. La artista descubrió la pieza que faltaba en el puzzle cuando supo de La Sirenita del puerto de Copenhague. En los 60s, cuando los jóvenes saudíes eran enviados a estudiar a Estados Unidos, transitaban por Europa. Tratando de entender lo que su padre sentía durante este periodo, la artista se dio cuenta de que el lazo común a la colección reunida es la situación de intermediedad, ese estado de tránsito entre dos espacios. AlDowayan está fascinada por el alto potencial de la liminalidad, entendiendo esta por un espacio que nos convierte en neutrales frente a nuestro pasado y futuro. En Copenhague, su padre estaba probablemente en un momento de transitoriedad; Pudo sentirse asustado o valiente -Una situación muy humana- ¿Quién no se ha sentido así cuando se muda de un país a otro para iniciar una nueva aventura? Las emociones de su padre resuenan con los movimientos migratorios contemporáneos y provocan la reflexión sobre el impacto que tienen en la memoria, el patrimonio y la transmisión oral.
La primera semana en Estados Unidos, el padre del artista fue fotografiado como un cowboy. Fue introducido de inmediato en una cultura y tenía que adaptarse. Su pasado quedó olvidado, pero tan pronto como volvió a Arabia Saudí tuvo que convertirse en un saudí de nuevo y probar su pertenencia a esa tierra. Formó parte de la primera generación que se embarcó en ese viaje intercultural, lo que explicaría la gran cantidad de fotografías de monumentos, coches y maravillas naturales como bosques, cascadas y lagos que tomó. Viniendo del desierto, no podía entender la existencia de piscinas llenas de agua con gente nadando en ellas. Estas imágenes, junto a discos de blues y jazz, son lo que trajo consigo de vuelta a casa - pequeños indicios de lo que fue sentirse entre dos tierras y experimentar la alegría, el entusiasmo, la pérdida y la alienación que trae la migración-.
Más allá de la brecha generacional, las delicadas piezas de And I, Will I Forget? recuperan las emociones incrustadas en en las fotografías del padre de AlDowayan y ofrecen compartir una experiencia humana atemporal. Hablan de la longevidad de los movimientos migratorios y de los intentos humanos de archivar la memoria. A medida que pasa el tiempo, siempre hay incertidumbre.
Las historias y los recuerdos están continuamente sujetos a cambios y ajustes. Sabiamente, AlDowayan adopta la narración frente al vacío, la creación frente al olvido y la vida frente a la desaparición.
Texto por Clelia Coussonnet
Imágenes de la Exposición
Manal AlDowayan, The Boys, 2015. Pintura y serigrafía sobre lienzo y cobre. 140x101 cm. Cortesía de la artista y Sabrina Amrani
Entrada actualizada el el 05 ene de 2017
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