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'La obra construye una metáfora cuyo sentido reflexiona en torno a la subversión y a la protesta como un proceso dialéctico incesante del ser humano a lo largo de la historia, en el que el colapso y la recuperación ... constituyen una parte esencial de su dinámica', Manuel Franquelo Giner.

MANUEL FRANQUELO GINER Anthrophony es una obra sonora e interactiva que construye una metáfora cuyo sentido reflexiona en torno a la subversión y a la protesta como un proceso dialéctico incesante del ser humano a lo largo de la historia en donde 'el colapso y la recuperación forman parte esencial de su funcionamiento', señala Antoni Negri. Así mismo, la obra muestra los aspectos más profundos, terroríficos y sublimes de esta paradoja, cada vez más acelerada, por la globalización y nuevas redes alternativas de difusión informativa.

La instalación, simultáneamente, problematiza las relaciones de poder del sistema capitalista que reordenan toda forma cultural, por subversiva que pueda ser -como ocurrió con la sección del movimiento Pop comprometida con la guerra de Vietnam-.

'La mercantilización del terror es sencillamente intolerable', señaló Adorno.

Partiendo de esta preocupación y de la importancia de reflexionar, tras los últimos acontecimientos en los que el modelo Estado-nación ha sido puesto en duda, la instalación conceptualiza y anhela una producción de subjetividad común que nazca de una potencia individual y desemboque en redes de pensamiento multitudinario en torno a la resistencia, su estructura más profunda y la relación entre ambos, desde el contexto de la teoría crítica.

Foucault define la espiritualidad 'como el conjunto de métodos que el sujeto usa para transformarse así mismo, y ganar acceso a la verdad'.

Así sucede cuando, por medio de algoritmos, la percepción del individuo gira alternativamente entre lo espiritual y lo real, donde múltiples tumultos caóticos y atonales, extraídos de grabaciones de protestas a nivel global, son extrapolados hacia su estructuración incorpórea y prácticamente espiritual. De esta forma, se sugiere que en el diálogo entre estas dos polaridades, por caóticas o estructuradas que puedan ser, se encuentran nuevas formas de expresión que hallan en el conjunto de actuar, su consistencia.

En esta metáfora, construida de forma arqueológica, problematiza simultáneamente, la gran genealogía activista de la historia occidental y propone, una micro-política de la resistencia, insinuada por composiciones atonales contra el capital, escritas por Theodor Adorno, pequeñas vicisitudes de la narrativa marxista, como la multitud de Antoni Negri, y una gran cantidad de signos referidos a la subcultura Rave, que de igual forma que el movimiento Pop, agoniza al ser devorada, por el propio sistema inmunitario del capitalismo tardío, Manuel Franquelo Giner.

DESCRIPCIÓN

La instalación está dividida en tres espacios. En uno de los extremos, distintos altavoces apropiados de un colectivo, tal cual nativamente se estructurarían, son apilados para formar un 'sound system' característico de la subcultura Rave, de forma incesante, reproducirán grabaciones de protestas a escala mundial. Por otro lado y contrapuesto en el otro extremo, un cubo suspendido en el aire, tenuemente iluminado, reproduce en tiempo real notas armónicas, extrapoladas de las protestas colectivas, entablando un diálogo sublime y terrorífico entre ambas polaridades.

INTERACTIVIDAD

La interactividad que insinúa esta instalación parte de una preocupación en torno a la construcción de formas de expresión del activismo y de su relación con la tecnología y el Arte. De tal modo, la obra muestra un gran interés por una metáfora que libere al espectador de ser un simple 'viewer' ante el espectáculo, -una emancipación del sujeto-, como señala Rancière.

De esta manera el grito conceptualiza una toma de decisión particular cuyo efecto trasciende fuera del individuo, que toma el papel de actor, abandonando la posición de visor. Con el objetivo de reflexionar sobre el mecanismo de subversión y de protesta, el sujeto interactuará sobre distintos parámetros que configuran una video proyección.

SONIDO

El 'sound system' reproducirá una serie de paisajes sonoros antropofónicos, extraídos de grabaciones de protestas recientes, en distintos territorios del mundo.

En el cubo enfrentado, la tensión, la fuerza y las diversas polaridades que transmiten las ondas sonoras de las grabaciones de manifestaciones, recogidas a su vez por el dispositivo receptor junto a la participación del visitante en la sala, serán leídas, intervenidas y mediadas por un algoritmo -desarrollado especialmente para esta instalación- que las transformará en un sonido estructurado, reproducido en tiempo real.