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La muestra del artista escandinavo más influyente después de Edvard Munch se presenta en el marco de la visita oficial de Dinamarca a Chile de su Alteza Real el Príncipe Heredero Frederik de Dinamarca y su Alteza Real la Princesa Heredera Mary de Dinamarca.

La selección de obras de Un desafío a la luz recientemente exhibida en Sao Paulo y Brasilia, pertenece al Museo Jorn de Silkeborg, Dinamarca y contempla cerca de cien trabajos en papel, dibujos, grabados y acuarelas, tres pinturas: dos óleos sobre tela y un acrílico.

El lazo con Chile de Asger Jorn se remonta a más de siete décadas atrás por su amistad y estrecha colaboración con el pintor Roberto Matta.

El título de la exposición, curada por el director del ... Museo Jorn, Jacob Thage, proviene de un texto que René Renne y Claude Sebarnne escribieron sobre los dibujos de Jorn en la década de los 40. Ya por ese entonces se refirieron a su obra como 'para todo el mundo' y de la cual 'emanaba un resplandor de tipo sulfuroso'. Y ésta es quizás la mejor definición del trabajo del escandinavo, que demostró su ímpetu llamando la atención de todo el mundo, cuando en 1964 rechazó el premio Guggenheim, así como el dinero que venía con él.

'En muchas de las cosas que hace, Jorn es desafiante: con su pintura, sus opiniones y con su discurso en torno al arte y la política. Esto lo lleva a discusiones y conflictos con los que lo rodean (...) y ayuda a consolidar su reputación como artista política y socialmente comprometido', señala en uno de sus escritos, Jacob Thage.

Para Roberto Farriol, director del Museo Nacional de Bellas Artes, la provocación es también una característica dominante del artista, 'una de las relaciones más provocadoras de Jorn es la que se formula en el campo del arte y su vínculo con la política, como muchos artistas (...) cuyas motivaciones, al igual que la de Jorn, están fuertemente conducidas hacia aquel objetivo de reforzar el tejido social entre el ciudadano y la cultura'.

Si bien Jorn se hizo conocido por sus dibujos y pinturas, su producción completa es extensa, e incluye además litografía, cerámica, esculturas, telares y libros, entre otros, por lo que es considerado como uno de los artistas nórdicos más completos e importantes del siglo XX. Él mismo manifestó en una entrevista en 1972 que cuando trabajaba con un medio 'no podía hacer otra cosa, pues no se puede seguir dos instrumentaciones diferentes, cuando se quiere llegar al límite con una'. Su instrumento principal, sin embargo, es la imagen, ya sea en la pintura, el dibujo o las artes gráficas.

Un desafío a la luz comprende parte fundamental del trabajo de Jorn; una selección de dibujos realizados entre 1937 y 1973, año de su muerte. Cada una de estas imágenes narra los distintos momentos de la vida del artista, porque la obra de Jorn es un reflejo y manifiesto de la vida misma; desde el drama humano diario, hasta aquellos que conciernen al mundo entero están contenidos en su obra. En todos sus trabajos 'toma como punto de partida una iconografía personal, un universo que versa sobre estética, ciencias sociales, política, historia, filosofía y vida privada', dice Thage.

Si bien la versatilidad es una de las características fundamentales de Jorn, tanto en las temáticas que recoge como en las técnicas y soportes utilizados, la mayor parte de su obra emana precisamente de los dibujos. Tal como manifiesta el curador de la muestra, 'Jorn no solo utiliza sus dibujos para estudiar las figuras y composiciones que usa después en sus pinturas, sino que también constituyen obras independientes que captan los momentos entre la gente, o la luz que cambia en segundos (...) Estos lo siguieron toda la vida'.