Este Artista, joven de hecho no del sentido en sus búsquedas, ha entrado en la plástica universal con la impronta del desafío social. Hay en él un estimulo mayor de lo pretendido, descarado al hueco del paisanaje comprometido, declarando sus descubrimientos al vacío de la critica conceptual. Basta decirlo en sus insinuaciones, a veces en motivos de desvanecimientos desleídos, donde se funde lo que escapa y huye, otras por el contrario en catástrofes de querencias irreales, donde se adivina la atropellada confusión del estallido. No se puede comprender al artista sin antes oler su óleo y sus plasmaciones, quizás cada color huele diferente se escucha diferente y se dice de manera diferente. Hay un sello que poco a poco señala al artista hasta hacerlo inconfundible, esa situación es a la que hay que llegar, aunque se cambie de istmo o placenta creativa, siempre se genera un estigma definible que ... huele a lo doméstico a él. Llegar a esa situación requiere de tiempo y como se dice aquí, a sentar las madres, esas que servirán de base para toda la vida. Estamos pues ante un artista de facetas diferentes, donde se perfila una obra futura de aposento y desarrollo, de investigación perenne y de descubrimientos cotidianos. En su paleta se riñen los colores, matizándose a veces lo irreal y lo etéreo, otras en cambio se acercan más a lo de cada día, rozando lo próximo, pero es en el otro lado donde se resuelve con mas carisma y perfección, y en esa luz es donde debe beber, para que sus proximidades lo envuelvan y podamos seguir descubriendo lo que quiere que entendamos, para los ojos avizores de quienes contemplan sus obras.