La pintura de caballete, un arte autorreferencial que se ocupa de la naturaleza de la representación, engaña al espectador con juegos perceptivos y psicológicos que complican las definiciones de verdad y ficción. Esta exposición demuestra que las innovaciones que suelen considerarse exclusivas del cubismo, como el plano de la imagen poco profundo y las referencias a los nuevos medios impresos y a la publicidad, son de hecho típicas de esta antigua tradición. Los cubistas Georges Braque, Juan Gris y Pablo Picasso a la vez parodiaron los procedimientos clásicos del trampantojo e inventaron nuevas formas de confundir al espectador. Junto a sus bodegones, la exposición presenta ejemplos clásicos de pintura de trampantojos de Europa y Estados Unidos, así como papeles pintados en trampantojo incorporados en collages cubistas.