El "ars erotica"* extrae su verdad de la exploración misma del deseo, de otras formas de ordenar el cuerpo, de la ley misma del sexo. Es primero aquí la experiencia lo que cuenta, y por ello lo que desafía la norma. Por otro lado, la "scientia sexualis" establece todo un dispositivo de sexualidad que obedece a una forma social, política y económica en la que se deben ordenar los cuerpos; obliga a su docilidad para el sostén de un sistema. Toda "ars erotica" desafía así a toda "scientia sexualis", en tanto ella explora constantemente los límites de lo que puede pensarse, decirse y hacerse sobre el sexo, reubica los placeres, instala nuevas formas de obtenerlo y establece un nuevo discurso sobre los cuerpos, y por lo tanto sobre el deseo.
(*Ars erotica: Propia de civilizaciones ajenas a Occidente como la India, la China y el Japón, aquí la verdad del sexo...se extrae de la práctica misma, el discurso es posterior a la experiencia.
Scientia sexualis: Desde el siglo XIX se aceleró el proceso en Occidente de imponer una forma rigurosa sobre el sexo. A partir de aquí, a través del discurso una ley establece, antes de la experiencia, la verdad sobre el sexo).
Marco Cortés
Entrada actualizada el el 10 sep de 2018
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