-------------------------------------------------------

-------------------------------------------------------

Jesús Rafael Soto (1923-2005) fue uno de los principales protagonistas de la renovación del arte cinético en Europa durante las décadas de 1950 y 1960. A partir de 1967, crea los célebres Penetrables, volúmenes suspendidos en el espacio y conformados por centenares de finas varillas verticales que el espectador puede atravesar. Hoy, ... la incorporación en la colección del Centro Pompidou de veinte obras fundamentales, fechadas entre 1955 y 2004, y donadas al Estado por la familia del artista, cubre una laguna importante y esclarece su trayectoria. El Centro Pompidou expone este conjunto excepcional por primera vez.

Esta donación permite comprender, en todo su rigor y sutileza, un trabajo que se construyó en un diálogo incansable con los maestros fundadores de la abstracción, Mondrian, Malevitch y Moholy-Nagy, pero también con sus contemporáneos, entre los que cabe destacar a Yves Klein y Jean Tinguely. En efecto, las primeras pinturas parisinas de Soto expuestas en el Salón de Nuevas Realidades de 1951, un año después de instalarse en París, ponen ya en evidencia su proyecto de «poner en movimiento» a Mondrian. Su uso del plexiglás a partir de 1953 le permite introducir en sus trabajos los efectos vibrantes de la luz y, por tanto, como él mismo afirma, «desmaterializar» las tramas geométricas pintadas en este material. A partir de 1958, Soto utiliza metal en sus trabajos, contrastando fondos a rayas en blanco y negro con filamentos de hierro encontrados o varillas suspendidas que, por efecto del tornasolado, parecen vibrar en primer plano. Esta aspiración de hacer de la obra de arte, ya no un conjunto consumado de formas y colores sutilmente compuestos, sino una herramienta de aprehensión de una realidad en movimiento, acerca al artista a los nuevos realistas parisinos (Klein, Tinguely, Spoerri...) y a los alemanes del grupo Zero (Mack, Piene, Uecker), con los que expone en numerosas ocasiones durante el periodo 1955-1965.

A medida que el cinetismo se va poniendo en boga, Soto, rechazando la facilidad ilusionista del op art, es de los que optarán por integrar totalmente al espectador en la obra. Así, en 1967, expone en la galería Denise René su primer Penetrable, con la idea de incluirse a sí mismo, y al visitante con él, en el medio de varillas que cuelgan del techo. En 1969 escribe: «El hombre ya no está aquí y el mundo ahí. El hombre está en la plenitud, y es esta plenitud la que deseo hacer sentir con mis obras envolventes». Las veinte obras que componen la donación al Estado ilustran esta evolución radical. Desde las pinturas en plexiglás de la década de los 50 hasta el Cubo penetrable realizado por el artista en 1996 para su retrospectiva de la Galerie du Jeu de Paume en 1997, pasando por las Vibraciones con filamentos de hierro o varillas suspendidas de los años 1960-1970 y las Ambivalencias de la década de 1980, inspiradas por el último periodo de la obra de Mondrian, la donación Soto constituye un recorrido fantástico por la trayectoria ejemplar de un maestro del cinetismo.