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Como afirma Cristina Ros en el texto 'Las caras de un poliedro' del catálogo de la exposición ... <<Juli Ramis fue un pintor de gran dominio técnico, de espíritu suficientemente inquieto para llevar a término una investigación constante de los lenguajes y de perspectivas artísticas ambiciosas. Lejos de acomodarse en su isla natal, lejos de conformarse con el paisajismo de ecos novecentistas observado entre los pintores que se acercaban al pueblo o a la sierra colindante, aquel joven solleric de tan sólo diecinueve años partió hacia Barcelona en primer lugar, para posteriormente pasar por Madrid e instalarse en etapas sucesivas en París, Tánger y Londres, hasta que, ya bien cumplidos los sesenta años y, como quien dice, recorrido el tramo más largo y duro de la carrera, regresó a Mallorca, donde moría en Palma, en 1990.

>>Como un poliedro de múltiples caras, Juli Ramis se define a través del conjunto de miradas posibles a su obra y también a su recorrido vital, de la misma manera que, como poliedro, se sostiene tanto por una sola de sus facetas como por la suma de ellas. Así se ha demostrado a través de las exposiciones que de su obra se han realizado: pinturas, dibujos junto a pinturas de pequeño formato, y obra gráfica (en 1991, en la Llonja, el Centre de Cultura 'Sa Nostra' y en la Banca March de Palma, respectivamente; tres exposiciones promovidas por la Conselleria de Cultura), pero también de la obra abstracta (en la Llonja, en 1987), así como sucesivas antológicas en el Museu de Sóller (1971) o en la Llonja (1980), entre otras. Se ha revisado su pintura, desde los paisajes al informalismo matérico, desde la figuración con ciertos ecos del fauvismo a las construcciones abstractas, desde las obras postcubistas a las composiciones de atmósfera mágica.

>>En el momento de planificar, desde Es Baluard Museu d'Art Modern i Contemporani de Palma, la conmemoración del primer centenario del nacimiento del pintor de Sóller, descartada la opción de una exposición antológica del conjunto de su obra que hubiera podido suponer una reiteración de los estudios realizados anteriormente, se valoró cuál de las facetas, cuál de las caras del poliedro era esencial en Juli Ramis.

En una Mallorca artísticamente aislada de las corrientes vanguardistas que recorrían Europa en las primeras décadas del siglo XX, en una isla que tras el novecentismo y el modernismo se quedaría estancada y no conocería ningún «ismo» más, ni se incorporaría a la contemporaneidad hasta, podríamos decir, la llegada de Joan Miró y como fenómeno independiente y mayoritariamente incomprendido o ignorado, Ramis fue pionero en la búsqueda de los nuevos lenguajes artísticos y fue el único pintor mallorquín que, en aquella mitad del siglo pasado, no sólo se interesó por los artistas que abrían unos caminos que harían historia, sino que fue a buscarlos y, en la medida que le fue posible, puede que también dado su carácter, mantuvo con ellos unas relaciones más o menos cercanas según los casos.>>

Asimismo, Daniel Giralt-Miracle, en el texto del catálogo 'Las mutaciones de Ramis', nos acerca a la figura del pintor mallorquín y nos narra estas relaciones con los artistas amigos y coetáneos que forman parte de la exposición:

<<Juli Ramis sintetiza la historia del arte del siglo XX. Podemos seguir los momentos más significativos y las aportaciones más destacables de las distintas tendencias en su labor. La figuración posimpresionista que se carga de acentos expresionistas y fauves con un toque novecentista, el cubismo lírico que empieza en París y madura en Tánger y la vía sobrereal que le conducirá a una militancia abstracta activa, rica en registros y original en los tratamientos, que concluirá en una personal recuperación de la figuración con criterios clasicistas y de un afable lirismo, siguen un mismo hilo conductor'. Un hilo conductor que orientó toda su vida aunque sin obligarle a seguir un camino recto. Son muy pocos los pintores del siglo XX que, como Ramis, tengan una trayectoria tan rica, una capacidad de transmutación que les permita realizar giros copernicanos sin traicionar su obra ni su ideario (...). Y es que, en el fondo, sus obras abrieron nuevos caminos, recuperaron experiencias pasadas y surgieron de sus propios hallazgos, de modo que mantienen su personalidad y les distinguen de cualquier otro contemporáneo.

>>En este contexto, pues, y ante la propuesta de Marta Sierra -comisaria de esta exposición-, puede resultar interesante acercarse a estas obras de Ramis y de sus allegados no con el objetivo de buscar paralelismos entre ellos, sino con el de sumergirse en la atmósfera que crean estas distintas formas de pintar que tienen nombres y apellidos propios, es decir, Juli Ramis y Picasso, Marie Laurencin, Wifredo Lam, Archie Gittes, Wols, Joan Miró, Nicolas de Staël, Serge Poliakoff, André Masson y Jean Fautrier.

>>Pablo Ruiz Picasso (Málaga, 1881 - Mougins, 1973). Parece que Ramis y Picasso se conocieron en la época en que la taberna Quatre Gats de Barcelona estaba en su auge, que los dos se instalaron en el célebre Bateau-Lavoir y que ambos mantuvieron una buena relación personal, incluso que Picasso presentó a Ramis a varios marchantes intentando ayudarle a abrirse camino. No por ello podemos afirmar que Ramis, en un momento u otro de su carrera, haya sido picasiano, pero es evidente que la brillantez técnica, la imaginación desbordante, la carga emocional y el conocimiento de la pintura histórica fueron un denominador común entre ambos artistas.

>>Marie Laurencin (París, 1883 - 1956). Ramis sintió una gran admiración, primero, y un afecto después que derivó en unos estrechos lazos personales. Gracias a esta musa del cubismo, amiga de Picasso, de Apollinaire, de los Delaunay, etc., Ramis descubrió la vertiente amable y delicada del cubismo, para él un 'ismo' demasiado radical en sus postulados y formulación plástica.

>>Wifredo Lam (Sagua La Grande, 1902 - París, 1982). La amistad con el cubano es una amistad transversal a lo largo de la vida de Juli Ramis. Empezó en los años de Madrid, durante la República, tanto en los ámbitos académicos como en las tertulias de la capital, pasó por las distintas estancias que Lam realizó en Mallorca a invitación de Ramis, por el paso de la figuración a la abstracción que dieron de forma casi simultánea, por el tiempo que vivieron en París compartiendo casa, círculos artísticos y la euforia surrealista y la eclosión de la abstracción (...).

>>Archie Gittes (Melrose, Massachussets, 1903 - Boston, 1991). El 1932, el pintor americano y su esposa, la compositora Cicely Foster, se instalaron en Mallorca, donde vivieron hasta 1948, concretamente en el pueblo de Génova, que fue precisamente donde Juli Ramis conoció a Gittes al integrarse a su familia tras contraer matrimonio con la pintora inglesa Joan Benedetta Foster, hermana de Cicely. Gittes cultivó básicamente el paisaje, la naturaleza muerta, la figura humana y el retrato, si bien lo que impactó especialmente a la sociedad mallorquina de mediados de siglo XX fueron sus desnudos, próximos a la nueva objetividad de ascendencia alemana, la conocida Neue Sachlichkeit, que derivaría en un realismo mágico.

>>Wols o Alfred Otto Wolfgang Schulze-Battman, (Berlín, 1913 - París, 1951). La amistad con Wols empezó en 1933, cuando los dos coincidieron en Mallorca, y fue importante en la trayectoria de Ramis, ya que gracias a Wols el pintor mallorquín conectó con los movimientos y artistas renovadores de la cultura alemana: Der Blaue Reiter, Klee, Max Ernst... y la Bauhaus. Wols fue un artista total. Practicó la música, la fotografía, el dibujo y la pintura, pero lo que le ha hecho pasar a la historia es su calidad de fundador del informalismo en su versión matérica, quizá porque supo extraer de la masa pictórica su máxima expresividad, física y psicológica, lo que nos podría llevar a pensar que tal vez no fuera por casualidad que Ramis alcanzara las más altas cimas de su carrera en el campo de la pintura matérica.

>>Joan Miró (Barcelona, 1893 - Palma de Mallorca, 1983). La huella de Joan Miró en la pintura del siglo XX es decisiva y omnipresente, más aún en la obra de los artistas mallorquines, como Juli Ramis. El hecho de que tras la guerra Miró decidiera instalarse definitivamente en Palma y que a partir de los años sesenta expusiera regularmente en las galerías de esta ciudad creó una proximidad con Ramis que no pasó por los lazos personales pero sí por los creativos (...).si bien es evidente que Miró representó para Ramis un estímulo que favoreció su riqueza inventiva y que, sobre todo, potenció la capacidad de trabajar los cuadros sin condicionantes externos.

>>Serge Poliakoff (Moscú, 1906 - París, 1969), figura decisiva en el proceso creativo que va de la figuración a la abstracción, a la que añadió una específica articulación geométrica y una enfática riqueza matérica. Probablemente fue en el círculo de la denominada 'Escuela de París' donde Ramis y Poliakoff coincidieron y trabaron un conocimiento más profesional que personal, que se vuelve especialmente visible en la osada utilización de la gama cromática y en la textura pictórica, valores que siempre atrajeron a Ramis.

>>Nicolas de Staël (San Petersburgo, 1913 - Antibes, 1955). Sus figuras, paisajes y naturalezas muertas se caracterizan por una pastosidad cromática rica y por las manchas densas y esquemáticas que configuran sus cuadros, y son estas características las que nos llevan a pensar en Juli Ramis, pues incuestionablemente la magia del color, el énfasis en el uso de las figuras geométricas simples, la intensidad poética de cada obra y el empezar a practicar una variante de la abstracción que terminaría por denominarse expresionismo abstracto son los nexos que unieron a De Staël y Ramis.

>>Jean Fautrier (París, 1898 - Châtenay-Malabry, 1964). Son muchos los críticos que consideran a Feutrier el precursor incuestionable del informalismo. La suavidad cromática de sus colores (malvas, rosas, verdes y grises delicados, blanco, etc.) contrasta con la violencia de tratamiento y composición, sin duda consecuencia de las dramáticas situaciones que le tocó vivir (...). De entre todo el grupo parisién que dio forma a los lenguajes abstractos, Fautrier fue evidentemente uno de los más radicales. Y es esta radicalidad espontánea, directa, profunda, de raíz psicológica -que muchos relacionan con el mundo de Sartre-, la que incidió en Ramis, particularmente en la serie 'Abstracción matérica', predominante entre 1954 y 1960.

>>André Masson (Balagny-sur-Thérain, 1896 - París, 1987). Es sabido que Masson se dio a conocer en el marco del surrealismo francés y que fue uno de los grandes amigos de André Breton, Joan Miró y Max Ernst (...). Ramis conoció muy pronto su pintura, si bien creo que, más que su obra, lo que Ramis admiraba en Masson era su rebeldía, su discordia con aquellos que, como los surrealistas, entendían la pintura como una ortodoxia, no como una vía de expresión abierta y sincera, y el hecho de que Masson defendiera la práctica de la transformación hereclitiana, tan presente en el hombre como en la naturaleza, una metamorfosis constante que los dos practicaron a lo largo de su trayectoria, ya que ambos fueron figurativos, abstractos, coloristas, automáticos, en un intento de escapar sin ningún tipo de compunción de las fórmulas que ellos mismos habían adoptado. >>