Sus obras, espontáneamente trabajadas de color e inteligentemente explicadas con trazos certeros. Algunas de ellas se adornan, moderadamente, con ligeros recamados: finas láminas metálicas, doradas o plateadas, que enjoyan esta exposición fantasiosamente compuesta. La ordenación tonal de los efectos pictóricos y la hábil liberalidad demostrada al definir o insinuar las formas de los motivos, cualesquiera que éstos sean, sirven bien al propósito del autor.

Sus trabajos de experimentación no son pinturas al uso o de naturaleza inmóvil, sino vivaces estructuraciones variadamente armónicas, trabajadas con el delicado pulso de un artista, tan presto para pintar como sagaz para interrumpir oportunamente la labor, evitando cualquier exceso discordante.

Los personajes, reinventados a modo de extractados retratos anónimos, descritos plásticamente con alegórico esquematismo, pueden llegar a rozar la desenfadada ironía. En ellos, no omite representar observables mohines ... de esencial ternura: simplificadas figuraciones de los gestos que repetimos de forma habitual y con los que se nos suele identificar individualmente. Salvando la frontera de lo vivo a lo pintado, estas características los hacen amistosamente familiares... y reconociblemente humanos.

Sea óleo o acrílico, acuarela o lápices de color..., cualquier pigmento, medio o materia, fructifica provechosamente en las manos de este reconocido artista, premiadamente dotado para su trabajo, brillante de colorido, optimista en su mensaje y tan dinámico como su auténtica y generosa personalidad.

Gerardo Fontanes Pérez

Bilbao, abril  de 2012