Carlos Cid con la serie Liv , nombre que en sueco designa el concepto de vida más elemental, se adentra en los atlas de la Historia que nacen del origen más profundo de nuestra existencia, que pertenece a nuestro presente, pasado y futuro. El agua como el origen de la vida: todo sale de ella y vuelve hacia ella; es el lugar del nacimiento, transformación y el renacimiento.
Ya que en su extensión, casi sin límites, subyace la idea de lo indeterminado, lo indefinido y lo insondable, las piezas del proyecto presentan unas masas de agua descontextualizadas que son protagonistas absolutas y dueñas del espacio, y que casi nos absorben. Son mapas de vida, sin programas ni líneas trazadas, donde simplemente leer el reflejo del curso de la existencia humana y las fluctuaciones de sus deseos y sentimientos.
El mar existe en el tiempo. Pese a su apariencia de...invariabilidad parece detener o anular el paso de las horas. Algo que el hombre busca desde las lejanías de la Historia y al que inevitablemente pertenece. Liv remite al dios/hombre que todo lo habita y que es la metáfora original. Liv es lo sublime kantiano que se limita en tanto estado del espíritu como encuentro del hombre con la naturaleza, el uno con el infinito.
Imágenes de la Exposición
Carlos Cid
Entrada actualizada el el 03 jun de 2014
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