Looking in el mundo de Leonora Carrington
Leonora Carrington fue una figura singular dentro del movimiento surrealista y una estrella solitaria en el firmamento del arte mexicano. Su prolífica actitud creativa le permitió dejar pinturas, dibujos, grabados, esculturas, joyas y textiles; así como novelas, cuentos y obras teatrales. Con una imaginación desbordada, por la cual incluso la internaron en un sanatorio español durante la segunda guerra mundial, defendió su independencia cultural, mental y creativa, rebelándose contra todo y contra todos; escapando de las convenciones sociales, renunciando a la enorme fortuna familiar, confrontando el machismo imperante incluso en el surrealismo, pero, sobre todo, dedicándose a la creación de una obra personal en la que dejó desbordar su fantasía, sus influencias, su visión de lo real y sus experiencias de vida.
Nacida en Inglaterra en 1917, estudió también en Italia y Francia donde llegaría a vivir varios años con el artista Max Ernst...que la vinculó en París al movimiento surrealista de Andre Bretón, relacionándose con artistas como Salvador Dalí, Joan Miró, Man Ray, Pablo Picasso, Lee Miller y Luis Buñuel. Tras escapar del sanatorio español donde había sido recluida a la fuerza y de separarse de Max Ernst viajó a Nueva York y luego a México donde vivió desde 1942 hasta su muerte, desarrollando la parte más importante de su producción. Allí frecuenta a Frida Kahlo, Diego Rivera, Carlos Fuentes, Octavio Paz y todo el grupo de surrealistas europeos que migraron a México huyendo de la guerra, entre los que se destaca la artista española Remedios Varo con quien tendrá una gran amistad. A los pocos años de su llegada a México se separa un poco de la estética surrealista por un camino más fantástico y personal que han llegado a definir como mágico, y es apoyada por el poeta y mecenas inglés Edward James, quien también se había radicado en México, gran promotor de René Magritte, Dalí y el grupo surrealista.
De mente inquieta, naturalista, vegetariana por vocación, amante de los animales, de las culturas ancestrales, del conocimiento oculto a la vez que de los avances científicos, Leonora se inventa como artista mientras que como mujer no lucha por sus derechos, sino que los recupera y ejerce plenamente desde temprano, en una actitud que luego propiciaría su cercanía al movimiento feminista en los años setenta.
Con un lenguaje consolidado Leonora se vuelca a la gráfica y a la joyería; y hacía los años 80 comienza a realizar esculturas llevando a la tercera dimensión algunas de las figuras que se reiteraban en su pintura y que elabora inicialmente a partir de pequeños modelos en plastilina. Todo esto mientras seguía escribiendo obras de claro contenido autobiográfico.
Leonora Carrington, la novia del viento, la diosa blanca del surrealismo, la bruja de México, la última surrealista, falleció de neumonía en mayo del 2011, pocos meses después que la escritora Elena Poniatowska fuera premiada por un libro dedicado a su apasionante vida y en momentos en que los ojos del mundo comenzaban a volcarse de nuevo maravillados por su original obra. Su trabajo, que se encuentra en algunos de los principales museos del mundo, ha sido objeto de numerosos libros, análisis y retrospectivas. En el 2018 se abrió en San Luis Potosí un museo dedicado a su obra y otro en Xilitla, pueblo mágico, lugar del jardín escultórico surrealista de Edward James.
La exposición Looking in el mundo de Leonora Carrington, es parte del acervo del Consejo Leonora Carrington creado en 2017 gracias a la generosidad de Pablo, y Wendy Weisz Carrington para la difusión y exhibición de la obra y el legado de su madre. La muestra que reúne dibujos, litografías, grabados y esculturas fue curada especialmente para el Museo de Arte del Tolima y constituye la exposición más completa que se ha hecho de Carrington en Colombia hasta la fecha.
Darío Ortiz Robledo
Entrada actualizada el el 06 jun de 2023
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