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Se vuelven a confirmar mis primeras sensaciones, que son las mismas que siempre me han despertado tus obras: hospitalidad, armonía, serenidad, el deseo de meterse dentro y ser arropado, vivir en ese mundo, pasearse por él. Tu mundo interior está representado en tus cuadros: todos muestran la coherencia de un estilo que sale a relucir... Eva interior: mujer orgánica, coherente, firme, que da sus pasos uno tras otro hacia el objetivo de todos los días (crear la belleza) durante años y salvando las condiciones adversas vez tras vez, como un soldado bien entrenado o fanático; la mujer que se expresa a través de las armonías que a todos nos atraen porque nos permiten encontrarnos a nosotros mismos, sentirnos enteros como pocas veces, reunidos, serenos, amados, amantes. El misterio del arte reposa en manos de Eva interior, muchas veces a pesar de Eva exterior, y la primera no va a permitir que nadie (ni siquiera la segunda) le arrebate lo que es suyo. Allí donde todos se protegen, Eva se expone, como todos los artistas verdaderos.