Murillo destacó desde muy joven como el gran pintor del catolicismo de su tiempo. Existe un Murillo que difunde la doctrina tridentina; otro que define gráficamente la religiosidad popular surgida después de Trento; otro que ejerce como misionero de la esperanza tras la peste de 1640; otro que redefine la imagen de la hagiografía de los santos sevillanos… A todos ellos se dedica esta exposición que reflexiona sobre el binomio Murillo-Iglesia. En ella, se podrán contemplar, además de las obras pictóricas que se distribuyen en el templo, las actas de bautismo, matrimonio y defunción del artista, así como el bautismo de sus hijos apadrinados por Miguel Mañara.
Por otra parte, los conceptos escatológicos del Concilio de Trento se explicarán también a través de obras naturalistas que realiza para otras instituciones o particulares. En este apartado, se resaltará su modernidad al establecer un paralelismo entre la santidad canonizada por la Iglesia y...la preferencia del Señor por los más pobres. Conceptos estos que aún no habían sido abordados en los estudios del pintor.
Finalmente, se tendrán en cuenta las figuras que estuvieron en contacto con Murillo y que formaron parte de la vida del artista, especialmente los canónicos de la catedral que pudieron influir en su formación espiritual. Así, Justino de Neve, Miguel de Mañara, Josua Van Belle, Nicolás Omazur, Bartholomeus Van der Helst, Juan Federigui…
Entrada actualizada el el 28 nov de 2017
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