JUANITO LAGUNA: personaje inventado por el gran pintor y grabador Antonio Berni (1905/1981), símbolo de los niños que vivían en una de las villas miserias que se formaron por la gran afluencia de trabajadores tentados por el trabajo en las fabricas. Berni relata su vida cotidiana, sus juegos, su familia: Juanito remontando su barrilete, Juanito en la laguna, Juanito en navidad, Juanito yendo a la ciudad, Juanito llevándole la comida a su padre obrero metalúrgico, etc.

PACO o 'EL PACO': Es una droga estimulante del sistema nervioso central derivado de la cocaína. Barato y altamente adictivo, produce en corto tiempo un gran deterioro neurológico y por ende intelectual, así como alteraciones pulmonares y cardíacas, marcada pérdida de peso, estado de abandono de la persona, agresividad y alucinaciones.

PAQUITO LAGUNA: personaje inventado por Sergio ... Moscona, buscando señalarnos las grandes diferencias socio-ambientales entre la vida de los Juanito y los Paquito, luego de más de 50 años de 'progreso'.

Con la libertad de trazo y dominio técnico que lo caracteriza, Sergio Moscona nos introduce en la serie de sus 'Paquito Laguna'. Quizás comenzada como un homenaje a Berni, pero realmente la triste comprobación de que ese 'chico pobre, pero no un pobre chico, porque tiene sus ojos cargados de porvenir' que encarnara Juanito, pertenece a un mundo que ya no existe más.

Porque Moscona nos demuestra que ya no estamos en los años 60 del siglo XX; ya no hay bolitas ni figuritas, no hay barriletes ni tardes de pesca. Ahora en los márgenes de la gran ciudad, la pobreza se ha transformado en desolación y los ojos no reflejan ningún porvenir, solo el vacío impuesto por la droga. El mentado 'paco' que da nombre al personaje.

Muchas fábricas han cerrado y las escuelas no contienen más a estos hijos de padres desocupados y, seguramente, recelosos respecto del futuro.

Feligreses de un consumismo de pobres, en casillas con antena de televisión satelital. Verdaderas salas de espera de una vida que (permanentemente) ya les llegará.

Así, en un mundo en que la tecnología todo lo define, Paquito es una víctima no solo de una creciente desigualdad, sino de la alienación que se encarniza con los excluidos, incluso en las sociedades más avanzadas.

Sergio disecciona ese estado de cosas con una dureza sin concesiones, ni sociológicas ni artísticas.

De hecho, en la concreción de estas obras no hay una mera proyección de la ético a lo estético, sino la representación del profundo interés de Moscona en develar su visión orgánica del desconcierto general, nota principal de la sociedad en que vivimos.

Es en ese punto en el que las imágenes aquí incluidas más nos compelen a centrarnos; la intersección en la que confluye el caos social (su interpretación) con el caos creativo (su revelación).

Intersección, encrucijada o 'enfrentamiento entre la voluntad creadora y la obra como resultado, la búsqueda con el resultado de esa búsqueda, la estética de la antiestética con la estética de la obra en sí misma'.

Porque estos cuadros son en sí mismos hechos pictóricos que logran capturar las fuerzas no visibles que actúan sobre cada situación y cada personaje presentándolos con una estética propia, que exhibe no solo la narración de cada circunstancia sino las reales implicancias, intenciones y compulsiones que los catalizan.

O como Kafka dijo: 'Lo que cuenta finalmente no es lo visible, es captar, detectar, la potencias diabólicas del porvenir que golpean a la puerta, que golpean ya a la puerta'

En buena hora Sergio Moscona encaró (y nos encara con) las obras de esta serie.