Paracaidistas es un proyecto que surge como necesidad de respuesta a la situación socioeconómica actual. No sólo de un entorno común, sino la que afecta directamente al individuo.
Rafael Munárriz no pretende hacer visible lo oculto, sino canalizar esa sensación de inestabilidad a través de una representación. De esta forma, y directamente relacionado con el continuo diálogo que el artista lleva a cabo entre crisis/catarsis, se sirve de objetos reales para simbolizar los diferentes componentes de esta realidad.
Así, basándose en la formalización estética del paracaidismo, el artista identifica las sensaciones comunes de inestabilidad, desequilibrio y vértigo para desarrollar su propuesta. Una de las piezas centrales de proyecto es la presentación de los paracaidistas.
Una serie de ladrillos, unidos cada uno a un paracaídas de 54', son expuestos al espectador como producto terapéutico. El concepto de esta pieza va más allá de su simple exposición...estática o de su visualización formal, su pleno disfrute se encuentra en el propio lanzamiento. La aparición del paracaídas cuando se ha lanzado el objeto, crea una sensación de alivio, pero a su vez surge la duda de su efectividad.
Entre la información visual, conceptual y de acción que nos presentan estos objetos, hay una documentación complementaria de piezas conectadas con la imagen madre (los ladrillos unidos a un paracaídas) que acaban cerrando un dialogo de metáforas aisladas de liberación.
La convexidad de los espejos como reflejo de una realidad se ve representada en tres cristales color bronce, de grandes dimensiones, que son apoyados en la pared de la galería. Se trata de cristales de una alta reflexión solar que incluyen al espectador en la acción. Al igual que en los edificios de banca, uno se ve 'escondido' simbólicamente tras el cristal desde donde se puede ver hacia el exterior, pero no refleja desde fuera su interior. A su vez, tiene una clara referencia al emplazamiento de la acción de lanzamiento de los ladrillos que ocupa la muestra.
Una serie de fotografías proponen también la documentación de la acción liberadora, el acto del descenso frenado con el paracaídas, sugiriendo una situación de éxito incierto. Azca, distrito financiero de Madrid, es elegido como lugar de referencia y, a su vez, es espectador de una de las acciones propuestas.
En torno a todo este escenario, se muestra la propia acción de caída al vacío, que es proyectada a través de dos video instalaciones, una en techo y otra en suelo. En la misma caída, se pierde la noción de velocidad y de tiempo. Pero vuelve a generarse una situación de vértigo, confusión e incertidumbre... una vez más tras la primera sensación de alivio momentáneo, en medio de la larga caída que estamos viviendo en el presente...
Entrada actualizada el el 26 may de 2016
¿Te gustaría añadir o modificar algo de este perfil?
