Las fotografías que componen esta exposición, están realizadas íntegramente en Cantabria. En ellas adoptan un papel muy importante sus bosques, sus costas, su gente, recogidos y proyecta-dos a través de una mirada muy personal, la mía. Y es que, en fotografía, no importa tanto qué se ve sino cómo se ve, cómo se siente, cómo emociona aquello que se ve. Mirar lo que nos rodea, no sólo con los ojos, sino con el alma, lo que permite crear imágenes que no son un reflejo de la realidad en si misma, sino de la realidad del que mira, en este caso el fotógrafo, de su esencia, experiencia y mundo emocional.
El juego de luces y sombras que de manera frecuente aparecen, es mi particular percepción de esa realidad. Entiendo la vida como una sucesión de luces y sombras que nos hace crecer y avanzar, formando ambas parte de nuestra existencia. Aunque a...veces resulta difícil, no debemos renunciar a ninguna, ambas se persiguen, se mezclan, se necesitan y con su baile sutil crean la magia.
Se puede decir que resulta imposible desvincularlas tanto dentro de la creación fotográfica, como de la propia identidad, de lo que nos hace ser. Sugiero ver la obra con una mirada que vaya más allá del sentido de la vista, que salga de la propia esencia, para que con ella también conectéis con vuestra realidad a través de la mía.
Entrada actualizada el el 25 abr de 2018
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