Minerva Ayón (Ciudad de México, 1985) explora en esta exposición la identidad construida o representada en los autorretratos. La muestra está integrada por tres instalaciones: Solsticio de invierno, Love Backwards [Amor en reversa] y El triunfo de los anormales, las cuales incluyen ensambles de objetos, dibujos y video. Están inspiradas en la “tiotimolina resublimada”, compuesto químico inventado por Isaac Asimov. Según este autor de ciencia ficción, la molécula “tiotimolina” posee al menos un átomo de carbono, el cual, mientras dos de sus cuatro enlaces químicos permanecen en el espacio-tiempo normal, uno se proyecta al pasado y otro al futuro.
Estos atributos de la “tiotimolina” están plasmados en las obras de Minerva Ayón en tanto que la artista reflexiona sobre el presente y su relación con su pasado personal y familiar, así como de sus vínculos con el futuro, expresa Silverio Orduña, curador de la exposición. “Comúnmente pensamos que los autorretratos son...representaciones que definen y comunican claramente elementos identitarios; sin embargo, el cuestionamiento de la identidad cerrada y única nos permite reflexionar sobre los restos que otras personas dejan sobre nosotros y la posibilidad de adaptarnos e imaginar cambios o mutaciones en nuestra subjetividad”.
La instalación Solsticio de invierno, está inspirada en Las dos Fridas, pintada por Frida Kahlo en 1939. Alude al autorretrato, el acompañamiento y la confrontación. “No sólo habla de mí -dice Minerva Ayón- o de mi relación con mi hermana y ‘nuestro presente’, sino también del pasado, de nuestra madre y nuestra tía, y de todas las circunstancias que nos hacen ser lo que somos; habla de ahora, de las dos hijas de mi hermana. Es como si, al cambiar esta relación presente, tuviéramos la oportunidad de sanar las relaciones pasadas y las futuras”.
Love Backwards [Amor en reversa] es una instalación multimedia que se refiere al cuerpo como fuente de calor y como energía capaz de generar vida. En esta obra, Ayón recurrió al ready made para establecer una analogía entre un cuerpo vivo y un referente gráfico primitivo que es al mismo tiempo robótico, que evoca al cuerpo-máquina como origen. El título de esta pieza plantea el alumbramiento como acción de amor; se refiere a la experiencia de parto de la hermana de la artista, quien, por medio de una cesárea, di a luz a un bebé que venía en una posición corporal contraria a la común.
Una tercera instalación es El triunfo de los anormales, organizada a manera de altar y compuesta por máscaras de piel. Propone un nuevo vocabulario de materialidades y formas contemporáneas que abren la posibilidad de diseccionar el cuerpo-sujeto, el sujeto colectivo y el sujeto-persona para reivindicar el triunfo de lo anormal. “Esta pieza de Minerva Ayón resulta una oportunidad para seguir pensando en la identidad; las máscaras de piel que componen la obra toman como molde las mascarillas usadas para cuidar la piel. Con esta acción tan cotidiana, nos podemos preguntar qué sucede cuando un fragmento del rostro se desprende de nosotros. Al mismo tiempo, las máscaras de Ayón aluden a prácticas sexuales disidentes que desde cierta perspectiva han sido consideradas anormales”, comenta el curador.
Silverio Orduña
Curador
Entrada actualizada el el 06 jun de 2022
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