Matthew Higgs es artista, editor, escritor y uno de los 101 curadores más influyentes del mundo, según la última lista publicada por la revista Flash Art. En nuestro país ha colaborado con instituciones como el Musac-Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León, en un proyecto editorial dentro de la muestra " I love your Music". Higgs tiene fijada su residencia en la ciudad de Nueva York y desde 2001 es el director y conservador-jefe de "White Columns", el espacio alternativo más veterano de la ciudad de Nueva York, que celebra este año su 40º aniversario. En entrevista con Gustavo Pérez Diez de ARTEINFORMADO ha querido compartir algunas reflexiones en torno a la práctica curatorial actual, el mercado del arte y abordar otras que tocan más de cerca nuestra escena artística nacional. Esto fue lo que nos contó.

La primera cuestión, fue para conocer su opinión sobre ¿qué cambios más destacables se han producido dentro de la práctica curatorial en el último cuarto de siglo? Su respuesta no arroja dudas: "Es la visibilidad del comisario como figura autónoma e independiente y cada vez más influyente. Esta visibilidad, a su vez, amplifica un diálogo sobre la naturaleza de las exposiciones y la manera de concebirlas que no tiene precedentes".

Cada vez se da más importancia a la red de contactos profesionales que se necesitan hoy en día para poder trabajar en cualquier sector productivo, y el cultural, en eso, tampoco es una excepción. ¿Cuál es su opinión? "No todos los comisarios tratan de trabajar dentro de las redes internacionales de influencia. De hecho, muchos optan por operar de una forma más matizada, a menudo en contextos locales" opina Higgs. No obstante, y por encima de todo, para este comisario, lo verdaderamente importante: "es que el comisario apoye el trabajo, las ideas y las iniciativas de los artistas".

De esa influencia que ejercen hoy en día muchos comisarios sobre el arte y el mercado del arte, quisimos preguntarle. Para el director de White Columns "en última instancia sólo hay un arte, ya que todo lo que tiene lugar dentro de sus fronteras es inevitable y está indisolublemente relacionado. Continua explicando que "el ''mercado'' del arte comprende no sólo las galerías de arte comerciales y las casas de subastas, sino también las escuelas de arte y academias, museos y las instituciones sin fines de lucro, diarios y revistas, etc". Y añade Higgs, que "cada uno juega un papel en ese conglomerado que forman el arte intelectual y el capital económico".

A colación de esto último le trasladamos la siguiente cuestión: ¿puede el arte convivir activamente dentro de la economía mundial sin desintegrarse en la dinámica del mercado, sin ser despojado de sus propios valores y ver aniquilado su poder simbólico? Está claro, para Higgs que "el Arte, por lo menos tal como la entendemos en el tiempo presente, siempre ha coexistido con los imperativos económicos. Independientemente de quién patrocina el arte, por ejemplo, la iglesia, el estado, la monarquía, etc.." y recuerda que "el ''poder simbólico'' del arte, efectivamente, ha sido siempre comprometido ... es un interesante y persistente ''problema'' contra el que muchos artistas siguen luchando hoy en día con los conocimientos que han adquirido a lo largo de sus experiencias".

Esto nos lleva a la siguiente cuestión sobre qué papel están jugando las galerías privadas y las ferias de arte, dentro de lo que él ha denominado como "conglomerado". Para el director de White Columns, "dada su ''relativa'' independencia, las galerías privadas son a menudo los lugares con más visión de futuro para encontrar arte. Por lo general operan fuera de la influencia de los organismos gubernamentales o de las demandas populistas que ahora se imponen en grandes instituciones, etc. Y continúa diciendo, "que las galerías privadas están a menudo en la posición de asumir los riesgos que tal vez serían inimaginables -e insostenibles- en otras partes". En cuanto a las ferias de arte, su opinión es clara: "las ferias de arte tienen funciones múltiples, pero al final del día son un mercado para la venta de obras de arte. En la década pasada la feria de arte -en concierto con la tecnología - ha acelerado la velocidad a la que se intercambiaba información sobre el arte a nivel mundial". Y acaba diciendo que "no cree que quede claro si esto es necesariamente algo bueno o algo malo, es probablemente demasiado pronto para decirlo".

Quisimos preguntarle sobre alguna cuestión doméstica, como si había visitado en alguna ocasión la feria ARCOmadrid, pero sobretodo, nos interesaba conocer la opinión experta de alguien, que lo ve desde fuera. ¿Que ha aportado y que puede seguir aportando ARCOmadrid al sistema artístico mundial? A lo primero nos contesto: "He visitado ARCO y creo que lo que inicialmente sorprende a la mayoría de los visitantes a ARCO de fuera de España es la enorme multitud de personas. En cuanto, a la segunda cuestión: "Está claro que ARCO -quizás más que otras ferias de arte - atrae a un gran público no especializado. También está claro que ARCO -a través de sus programas de ponencias y mesas redondas y sus intercambios internacionales- alienta la idea de la feria como una plataforma para ''educar'' a un público más general. Esta idea de feria de arte que proporciona un servicio ''público'' fuera de sus imperativos comerciales, es ahora una característica común de muchas otras ferias de arte".

Continuando con temas relativos a nuestro país, le hicimos dos preguntas: ¿es el arte español un vector determinante en este mundo globalizado? y ¿cómo encaja el arte español dentro de la escena internacional de las artes? Para Higgs, "es importante recordar que el mundo del arte, como cualquier especialidad, es relativamente pequeño". Y añade que "sin embargo, a lo largo de las últimas dos décadas hemos visto el surgimiento de múltiples centros de producción artística, y las ''fronteras'' han quedado definidas claramente, las cuáles, además, son ahora más elásticas y más porosas. Por lo tanto, creo que debemos estar menos inclinados a pensar en una identidad o carácter ''nacional'' del arte, una idea que tal vez parece más asociada a la era de postguerra". Y finaliza diciendo que "en lugar de éso, creo que debemos estar más inclinados a pensar en artistas individuales, cuyas identidades -y sus modos de trabajo- están cada vez menos atados a un lugar determinado o a cualquier noción o idea fija de origen nacional".

En relación a nuestra pregunta sobre ¿cómo ve a nuestros comisarios y centros de arte? nos dijo que "cree que ellos siempre han sido, como lo ha sido España a lo largo del tiempo, conocidos por sus grandes museos y sus colecciones, los cuáles están entre los más altamente valorados del mundo, por ejemplo, el Museu d''Art Contemporani de Barcelona, el Museo Renia Sofia o el CAC en Malaga, etc. Los programas de estas instituciones -y otras como ellas- siempre han tratado de colocar el arte español dentro del contexto internacional. Por ejemplo, el MACBA y el Reina Sofía son lugares donde todos los artistas aspiran a mostrar su obra". Y puntualizó diciendo que "esto es una medida de la integridad de sus programas y su continua inversión en la provisión de un entorno crítico para el arte, los artistas y el público, por igual". Por último, le preguntamos, ¿qué deberían hacer los museos en un futuro para seguir atrayendo gente a sus exposiciones? Para Matthew Higgs, "un museo no debe tratar de anticipar lo que su público desea ver". Y para él, "en un mundo ideal, deberían tener entrada gratuita para que sus exposiciones y colecciones fuesen accesibles al mayor público". ARTEINFORMADO.