Norberto Dotor, conocido ampliamente por su trabajo como galerista, ha recibido hace unos días el Premio de Fotografía Kaolak, en el marco de los Premios Villa de Madrid 2007. Fallados en noviembre pasado, este galardón ha recaído en dos fotógrafos de su galería, Bleda y Rosa, por la exposición "Origen" que pudo verse en su galería, Fúcares, en la primavera de 2007. Aprovechando este acontecimiento, hemos querido acercarnos a la figura de Dotor, quien en 1974 abrió la galería Fúcares en la ciudad de Almagro y que, tras pasar años muy difíciles en los que aún no existía un mercado del arte consolidado, logra abrir en 1987 una segunda sede de la galería en Madrid. Este apasionado del arte, que dejó a un lado su formación de técnico en empresas turísticas para promocionar el talento de "... jóvenes, innovadores y comprometidos artistas con discursos congruentes ante los que valga la pena tomar riesgos, al margen de valoraciones económicas y modas", ha explicado los aspectos más relevantes de su trayectoria en una entrevista con ARTEINFORMADO.

A sus 58 años, Dotor reconoce sus fidelidades al arte y a la legendaria Juana Mordó, quien además, le brindó su apoyo. El compromiso con su tierra manchega está siempre presente y, por ello, ha llevado la asistencia artística del XXIX Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro y ha apoyado el Espacio de Arte Contemporáneo de la localidad, entre otras iniciativas. Además, su afán por mantener abierta su galería en Almagro responde "... realmente un deseo personal" y no, como muchos piensan, a compras institucionales. En Ciudad Real, afirma Dotor, existe un verdadero desinterés hacia las artes plásticas, un descuido, un atraso, que, a diferencia de otros ámbitos de la cultura manchega, en este caso se encuentra muy arraigado evidenciándose, de hecho, en un escasísimo mercado del arte.

Ha sido, precisamente, esta perseverancia en ciertas ideas a lo largo del tiempo la que ha llevado a Dotor a alcanzar un lugar destacado en el ámbito galerístico español. La intuición de los primeros años ha sido confirmada después como método de trabajo, y por ello es fundamental para él apreciar y observar la actitud de un creador. De esta manera, "... sólo la actitud crítica, de debate, en la que los artistas consideren el peso del proceso creativo y el valor de la carga conceptual de sus piezas es lo que sienta las bases del interés hacia ellos". Son muchos los artistas con los que trabaja Dotor, como, por ejemplo, Elena Blasco, Isidro Blasco, Maggie Cardelús, Ferrán García Sevilla, Luis González Palma, Paolo Grassino, Candida Höfer o Simeón Sáiz Ruiz, creadores que hacen de la pintura, la fotografía o la escultura su medio de expresión y que representan, además, los principales intereses plásticos de este galerista. No obstante, las convicciones de Dotor en la manera de proceder de su trabajo son tales que llega a señalar que sus desaciertos han estado fundamentalmente determinados por esa pérdida de compromiso hacia el trabajo que han desarrollado algunos artistas, y no realmente por otro tipo de factores. De alguna manera esta misma situación se presenta, para él dentro, del sistema museístico nacional, que no estudia y analiza críticamente las políticas que crea antes de aplicarlas, en el marco del verdadero valor que deberían tener las aportaciones propuestas. Situación paralela se presenta ahora en el ámbito galerístico nacional, el cual se encuentra en uno de sus peores momentos porque, según apunta Dotor, precisamente se ha perdido esa capacidad crítica y se ha olvidado que " ... la voz del arte es mayor a algo coyuntural, a estrategias de poder de organizaciones, ..., puesto que sólo el sentido profesional debe primar en la ardua labor del galerista".

Está claro que las estrategias de marketing, el perfil del coleccionista, la naturaleza y dinámicas del mercado han sufrido evidentes transformaciones hacia su profesionalización que han obligado a redefinir el quehacer del galerista, según afirma Dotor. Sin embargo, él ha procurado durante la última década la internacionalización de varios de sus artistas, alguno de los cuales ha alcanzado mayor proyección fuera de España que dentro (Vera Cañizares, José María Guijarro o Mon Montoya). Además, ha consolidado la presencia de su galería en ferias internacionales, como es el caso de las dos ediciones del proyecto de Art Basel, bâleLatina, las tres últimas citas de Paris Photo, varias ediciones de Art Chicago (2000-2002) o Pulse de Miami y Nueva York (2006-2008). Y en el ámbito nacional, Dotor ha llevado a Fúcares a las cuatro últimas ediciones de ARCO, a DFoto (2006-2007), a Loop de Barcelona (2004), art/salamanca (2005), Artesantander (2006) y Foro Sur - Feria Iberoamericana de Arte Contemporáneo de Cáceres (2007).

Como coleccionista, Dotor señala que "... crear una colección supone articular con coherencia un conjunto de obras que se constituyan en vehículo de conocimiento". Para él está claro que "... en la actualidad coexisten varios perfiles de coleccionistas, entre los que destacan el del joven profesional, que se informa bien antes de comprar, y aquel otro que viene con buen capital, pero con la lista de los más sonados" y que, como en el caso del acontecer de la crítica actual, no entiende de qué se trata este asunto. "La crítica, como el coleccionismo, mejorarán sólo cuando sean independientes, se alejen de complacencias y aumente su información porque ... la mejor crítica es la fundada en el conocimiento, en el rigor".

En la actualidad Dotor está vinculado al mundo de la docencia y es miembro de la Junta Directiva de la asociación ArteMadrid, además de haber pertenecido al comité se selección de Valencia.art (2005) y colaborar en la organización de la feria DFoto de San Sebastián, entre otras actividades, en las que siempre ha sabido demostrar la importancia de apostar por un proyecto personal y la necesidad de mantener, en todo momento, el sentido crítico y profesional ante el trabajo. Por Mónica Núñez Luis - ARTEINFORMADO